
Innovar… muchos caminos para la competitividad
¿Qué hace la innovación por la competitividad?
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La respuesta está quizá, en la característica dinámica de todas las sociedades, esa tendencia al cambio impulsora de nuevas soluciones con enfoque de negocios y con el objetivo de aceptación del cliente. Es pues, un antídoto contra la obsolescencia tecnológica, una vía para responder ante posibles sustitutos, y una fuente de ventaja competitiva que se puede sostener a lo largo del tiempo.
En ocasiones parece que al mencionar la palabra innovación, se hace referencia a una actividad realizada en un laboratorio con la finalidad de crear algo novedoso; en realidad existen varias definiciones del término y ninguna la limita a activida-des de investigación para desarrollar nuevos productos o servicios.
La definición dada por la Norma Mexicana de Terminología en Gestión de la Tecnología, NMX-GT-001-IMNC-2007, describe a la innovación como: “El proceso dirigido a un mercado bajo un enfoque de negocio que detecta oportunidades y capacidades organizacionales para generar productos, procesos y servicios, novedosos aceptados por los consumidores”. Documentos internacionales la definen como la implementación de nuevos o significativamente mejorados productos (o servicios), procesos y estrategias de organización y mercadotecnia empresarial (Manual de Oslo).
La innovación es diferente a sólo las actividades de investigación y desarrollo (I+D), en tanto que implica la utilización del capital intelectual de la empresa, con el fin de generar valor y cambios en la estructura de una organización.
De acuerdo al tipo de clasificación se puede tener una guía de las actividades innovadoras. A continuación se muestran dos clasificaciones diferentes de innovación, la primera de ellas propuesta por Schumpeter:
• Introducción de nuevos bienes o de bienes de nueva calidad.
• Introducción de un nuevo método productivo.
• La apertura de un nuevo mercado.
• Conquista de nuevas fuentes de oferta de materias primas o bienes de media-manufactura.
• Establecimiento de una nueva organización en una determinada industria.
La segunda clasificación, tomada del Manual de Oslo, diferencia cuatro tipos de innovación de acuerdo con su aplicación (Figura 1).
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Figura 1. Tipos de innovación de acuerdo al Manual de Oslo. |
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Ambas clasificaciones presentan a la innovación como un tema íntegro que puede ser implementado en todos los departamentos; no sólo por la alta dirección, sino también por todos los integrantes de la empresa, quienes están siempre expuestos a situaciones donde la necesidad de cambio es evidente. El análisis y propuesta de ideas para la mejora es responsabilidad de todo el personal de la empresa y los sitúa como acto-res potenciales en la innovación.
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La actividad innovadora, no se refiere necesariamente a un único cambio importante que abra una nueva línea de negocios (innovación radical), o a un salto tecnológico que repercuta en toda una área industrial (innovación disruptiva), puede com-prender también a una serie de cambios progresivos y en apariencia menores (innovación incremental), que ocurren en continuo, que van encaminados a generar un cambio en líneas previamente establecidas y pueden ser implementados en distintos departamentos. De esta manera, una empresa puede generar innovación en diversas y muy amplias áreas.
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