Estimado lector este año nos esmeramos por darle un nuevo diseño a tu revista, esperamos sea de tu agrado. En los últimos dos siglos hemos visto como humanidad, una aceleración en la capacidad de movimiento, tanto de carga, como de personas; hablando coloquialmente, “el mundo se ha encogido”. Con la llegada de las tecnologías de información y comunicaciones (TICs), esta aceleración cobró un nuevo sentido. Actualmente es difícil saber en dónde ha sido producido algo; una televisión que se vende en Alemania, puede ser ensamblada en Matamoros, México; pero los componentes electrónicos vienen de diferentes partes del mundo como China, Europa del Este y Brasil; a su vez algunas materias primas provienen del Congo o de Sudáfrica.
Sin embargo, esta realidad no está exenta de diversos costos, principalmente ambientales y sociales. Por un lado, este modelo de producción ha dependido de un fuerte consumo de combustibles fósiles con una huella de carbono asociada, en tanto los precios de los combustibles tiendan a subir por falta de disponibilidad o por restricciones ambientales, este modelo global tenderá a ser más caro e inviable. Desde el punto de vista social, se ha vuelto difícil calcular el aporte local (o valor de contenido regional) de un producto, muchas veces el valor de lo que compramos no se queda en la comunidad a la cual pertenecemos; lo que genera una concentración de la riqueza en algunas zonas a costa de otras.
Así, una opción para el futuro de la economía está en volver a retomar el valor de lo local. Como empresas y consumidores tenemos la responsabilidad de buscar que lo que producimos y consumimos deje el mayor beneficio posible a nivel local. Para generar polos de desarrollo, es esencial contar con una plataforma de empresas cuyo piso de partida sea producir con calidad, a partir de ahí, se puede articular una cadena de suministro local que tienda a acceder a mayores contenidos de valor. Con esta filosofía, Cosmos lanzó cosmos.mx portal donde puedes encontrar los proveedores más cercanos a tu necesidad.
En este número de Tu Interfaz de Negocios analizamos diferentes vocaciones productivas que permiten facilitar el desarrollo regional de nuestro país, con opciones tan importantes como las industrias: alimentaria, textil, cuero y calzado, mueblera y de manufactura de maquinaria y equipo.
Por otro lado, si bien grandes actores están generando energía eólica a gran escala, aprovechando los vientos privilegiados que hay en la zona del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca; a nivel local las empresas tenemos la opción de generar nuestra propia energía limpia a través de tecnología minieólica, y solar fotovoltaica. Si bien la penetración de la generación minieólica en México es aún incipiente, la posibilidad de porteo de energía con la red de CFE a través de un contrato de interconexión hace que esta tecnología sea técnicamente viable y económicamente rentable en nuestro país; esperamos que cada vez veamos, con mayor frecuencia, turbinas minieólicas abasteciendo de electricidad a las PyMEs mexicanas.
Las TICs también pueden ser aliadas para la producción local; en concreto la capacidad de aprovechar el cómputo en la nube para establecer sistemas de cloud manufacturing no está restringida a las grandes compañías; por el contrario, la posibilidad de controlar procesos de manufactura de manera remota y en la nube puede ser un gran apoyo para la producción y el emparejamiento de cadenas de suministro locales.
En este número también abordamos dos sectores industriales de abolengo en México: la industria cárnica, y la textil. En ambos casos hay tecnologías de punta que nuestro país puede aprovechar y desarrollar para seguir teniendo un lugar relevante en el concierto mundial.
Mi sincero reconocimiento a los expertos que nos concedieron entrevistas para esta edición; a todos nuestros lectores y a sus familias les deseo un maravilloso y productivo 2013.
Raúl Macazaga
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