La industria textil en México: Hacia su recuperación

Ene-Feb, 2013  |  Innovación y competitividad

Inversión: la clave para mantener la competitividad

México es un país con una larga tradición textilera, tanto por los trajes típicos de las diferentes regiones, como por la industria establecida que ha llevado opciones de desarrollo a diferentes regiones; sin embargo, en los últimos años una parte importante de este sector ha sufrido una contracción debido al desplazamiento de la maquila de productos exportados a EUA por competidores de otros países,principalmente del sureste asiático y China.

Según INEGI, la industria textil en su conjunto registró en 2011 un valor de ventas de productos manufacturados por $89,448 millones de pesos, un 2.38% del PIB manufacturero; y obtuvo ingresos provenientes de maquila por $23,163 millones de pesos.

Para explorar las perspectivas de recuperación y el rumbo que puede tomar esta industria, Tu Interfaz de Negocios se acercó a la maestra Rocío de Alba Ávila, experta del IPN en este tema.

¿CÓMO SE CONFIGURA EL SECTOR TEXTIL?

De acuerdo con la experta, las exportaciones de prendas de vestir de manufactura nacional han caído en los últimos años de un 80% de la producción, a un 50%; “ello es debido a la caída en las exportaciones a Estados Unidos, por una pérdida de competitividad, principalmente ante China”, acota la maestra de Alba.



Maestra Rocío de Alba Ávila, experta del IPN.

La industria textil se compone por tres subsectores de actividad: la fabricación de insumos textiles y acabados textiles contribuyen con el 47.94% de las ventas (2010), la fabricación de prendas de vestir aporta el 40.97%, mientras que la fabricación de productos textiles excepto prendas de vestir abona el restante 11.09% de las ventas. Dentro de estos subsectores hay dos ramas de actividad que destacan: la fabricación de telas, que pertenece al primer subsector, es responsable del 35.14% del total de ventas textiles (Figura 1); mientras que la confección de prendas de vestir, que pertenece al segundo subsector, participa con el 31.19% del total.



Figura 1. Participación de valor de ventas por rama de actividad en la industria manufacturera textil 2011.
Fuente: Elaboración propia con datos de INEGI (EMIM).


PROCESOS Y AGREGACIÓN DE VALOR

La entrevistada comenta que en la industria textil las materias primas -naturales como el algodón o lana, sintéticas provenientes de petroquímicos, o artificiales provenientes de celulosa- se transforman a través del proceso de hilado, para posteriormente ser tejido; la tela puede ser sometida a procesos para agregar valor, conocidos como acabados; por último se confeccionan productos intermedios o terminados, como las prendas de vestir (Figura 2).

En cada proceso se agrega valor, por ende, hay que gestionarlos para aumentar el nivel competitivo. Lo primero es tener procesos confiables por medio de controles estadísticos, a partir de ahí, se podrán hacer innovaciones que lleven al aumento en competitividad: “la aplicación estadística de la calidad se debe basar en tres propiedades: valor medio, variabilidad y probabilidad; en su conjunto, estos tres parámetros forman una base de criterio para analizar los procesos y poderlos mejorar; el control estadístico es la herramienta básica para acceder al aseguramiento de la calidad, que permita recobrar un buen lugar en el mercado exterior”, asevera Rocío de Alba.



Figura 2. Los procesos de la industria textil.

¿CÓMO ELEVAR LA COMPETITIVIDAD?

“En cuanto a los materiales, las nuevas tendencias van hacia la aplicación de nanotecnología para conferir características particulares apreciadas por el mercado. Hay textiles apreciados por su aporte hacia una función en particular, como los ignífugos, los antiolor, las aplicaciones médicas, los de regulación térmica o para cambios de color, entre otros” declara la profesora. Hasta hace poco, estas características eran cumplidas a través de tratamientos especiales sobre los tejidos ya manufacturados o las piezas finales, ello generaba dos tipos de costos: los directos por la ejecución de un proceso extra, y los ambientales, pues muchas de las aplicaciones implicaban compuestos nocivos para la salud ambiental o humana. La nueva tendencia es a utilizar nanotecnología para agregar propiedades a las fibras, lo que representa a largo plazo la posibilidad de reducir costos por disminución del número de procesos, aumento en la durabilidad de los productos, y menos riesgos a la salud humana y ambiental.

Por otro lado, hay dos tipos básicos de tejidos: los planos (o de trama y urdimbre), y los de punto. Actualmente hay un fuerte desarrollo de los tejidos de punto debido a mejoras técnicas en la maquinaria, en particular para las máquinas circulares. Al respecto hace falta inversión en México para no perder nivel tecnológico contra otros competidores: “Actualmente en el país hay máquinas circulares para la confección de calcetines, tops y fajas, para usar estas máquinas se requiere del proceso previo de embobinado de hilo; mientras que, por ejemplo en Barcelona, hay una máquina circular de gran diámetro que integra estos procesos, y puede confeccionar otro tipo de prendas de mayor valor: colchas con relleno o mezclilla con tejido de punto, mientras que aquí se siguen haciendo con tejido plano”, puntualiza la profesora.

Otro aspecto importante es que el mercado interno está recobrando la confianza en las manufacturas nacionales, si bien es cierto que hay productos baratos importados del sureste asiático y China principalmente, la Maestra acota que las personas se están dando cuenta que los textiles hechos en México tienen una calidad mayor, y duran mucho más que aquellos, por lo que se está despertando una conciencia sobre el valor de lo nacional.

Sin embargo, hay un sector de alto valor que requiere de diseño, y ahí hay mucho trabajo por hacer, tanto en diseño textil, como en diseño de confección. “Por ejemplo en Colombia están haciendo un gran esfuerzo por aumentar el contenido de diseño en sus manufacturas, y les está rindiendo frutos”, señala la experta; en México deberíamos hacer lo propio, aprovechando la enorme herencia cultural que las diferentes regiones tienen en cuanto a diseños tradicionales y aplicaciones del color; ocurre que diseñadores extranjeros están utilizando los motivos típicos nacionales con éxito comercial.

Si bien hay muchos retos por delante, se están logrando aplicaciones interesantes derivadas de la investigación y el desarrollo entre el IPN y otros actores. “Por ejemplo, a través de nanotecnología se han podido obtener textiles de fibra de coco con resistencia y suavidad para aplicarlos en vestiduras de automóviles; otro proyecto interesante que implica nanomateriales es para la manufactura de ropa de emergencia -por ejemplo, para bomberos-. En estos proyectos participan estudiantes, académicos y en algunos casos, industriales interesados, son viables tanto tecnológica como económicamente, por lo que se espera que llegue el financiamiento para ir del prototipo, a la aplicación industrial; además, estos proyectos están también enfocados a aplicaciones amigables con el ambiente, que es hacia donde hay que dirigir los esfuerzos”, apunta Rocío de Alba.

Otros mercados

Las confecciones textiles representan una parte muy importante del mercado nacional, por lo que hay que aprovechar la planta instalada y los procesos con calidad creciente, e invertir con miras a cubrir la demanda del mercado interno, pero también aumentar la participación en América Latina, al amparo de los diferentes tratados de libre comercio que se tienen con los países de la región.

En cuanto a las aplicaciones industriales, las industrias automotriz, aeroespacial, de la salud y de la seguridad representan grandes oportunidades que hay que aprovechar. Para ello es necesario continuar con el esfuerzo de desarrollo tecnológico y ofrecer productos de alto valor que representen soluciones integrales en lo técnico, lo económico y lo ecológico.

La textil fue la primera industria establecida como tal al aprovechar los adelantos técnicos y comerciales de la Revolución Industrial, desde entonces, no ha dejado de evolucionar y de ofrecer soluciones a diversos mercados. Así, es probable que en un plazo de cinco años, no menos de un 20% de los materiales textiles europeos incorporen elementos nanotecnológicos. Para recobrar la posición que la industria textil ha tenido en México, es indispensable invertir selectivamente para no quedarse a la zaga del desarrollo de este apasionante sector.


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