El sector no es sólo licitador público, hace falta inversión privada
Estructura y papel económico del sector de la construcción
En México, la industria de la construcción y su comportamiento representan un indicador de las condiciones económicas del país. Requiere de una multiplicidad de especialidades, a su vez da empleo a gran cantidad de personas e interactúa con un vasto número de industrias manufactureras, proporcionando elementos básicos que benefician a la sociedad.
Es con base a su clasificación que se divide en tres grandes bloques o subsectores:
• Edificación: Se refiere a la construcción de inmuebles residenciales y no residenciales; por ejemplo, vivienda unifamiliar o multifamiliar, naves y plantas industriales, y edificios comerciales.
• Ingeniería civil u obra pesada: Corresponde a la construcción de obras de infraestructura y urbanización como carreteras y puentes.
• Servicios especializados: Aquellos trabajos de instalación y equipamiento de construcciones, acabados e instalación de estructuras, ya sean cimentaciones, montaje de estructuras prefabricadas, acabados en edificaciones, demolición, movimiento de tierra, excavación, drenado, relleno de suelo, entre otros.
En 2011, la construcción aportó el 6.5% del Producto Nacional Bruto (PNB) con una inversión total de 1 904 102 millones de pesos, en 2012 aportó 5.9% del PNB a una inversión total de 2 076 203 millones de pesos, mientras que para 2013 se espera que participe con un crecimiento de entre 3% y 4% (Figura 1).
Figura 1. Índice de infraestructura de México.
Fuente: Elaboración propia con datos de Regiomontana de Construcción y Servicios (Recsa) 2013.
En este contexto, las labores de ingeniería de la industria de la construcción en México han sido responsables de la planeación, diseño y desarrollo de la infraestructura del país, ya sea con la edificación de puentes, carreteras, puertos, vías férreas, plantas generadoras de energía eléctrica, presas, hospitales, escuelas, viviendas, entre otros, o generando beneficios a 66 ramas de actividad económica a nivel nacional (Figura 2), convirtiendo al sector en uno de los principales motores de nuestra economía gracias a que utiliza insumos provenientes de otras industrias como el acero, cemento, arena, madera, etcétera.
Figura 2. Ramas de la industria de la construcción.
Fuente: Elaboración propia con datos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).
El sector de la construcción impacta a diversos sectores por la derrama económica que les genera y la infraestructura que desarrolla, por ejemplo, si nos referimos a la construcción de viviendas que forma parte de la infraestructura básica, existen a la fecha 28 millones de desarrollos habitacionales en todo el país; tomando en cuenta que el 55.9% están edificadas en piso de concreto, 37.3% en madera, mosaico u otro material y un 6.2% en piso de tierra. El 98% de las viviendas cuentan con sistema de electricidad, 90.3% tiene a su disposición los servicios de drenaje y alcantarillado, mientras que el 88.2% cuenta con agua entubada. Por lo tanto, al consumir materias primas y derivados que competen a otros sectores para la construcción de una obra, arroja por consecuencia, una derrama económica a los mismos.
Y qué decir de la puesta en marcha de estacionamientos públicos, supermercados, disponibilidad de energía eléctrica, escuelas, hospitales, banquetas, servicios de drenaje, agua potable y saneamiento. Por cada peso invertido en la industria de la construcción, 43 centavos se destinan a 66 ramas productivas de las 79 existentes en el país (Figura 2).
Panorama 2013
Al cierre de 2012, el desempeño anual de las condiciones de infraestructura en México, reportó un incremento de 3.8% derivado de la favorable trayectoria del sector y del avance del empleo en el ramo de la construcción. Sin embargo, el inicio de 2013 no fue del todo favorable para los sectores de la construcción, manufacturas, minería y electricidad, esta situación negativa no había ocurrido desde la última crisis económica de 2008-2009, provocando una caída de 3.1% en el valor de producción de las empresas constructoras.
En este sentido, la serie histórica de índice de actividad de la construcción da como resultado una variación real a la baja a partir de agosto del año pasado, al que habrá que sumarle la parcial adaptación de las empresas dedicadas al sector a la nueva administración pública y a los nuevos esquemas de gobierno en materia de infraestructura.
Generalmente, al existir caídas en la producción del componente de la edificación, la obra civil genera contrapeso con un efecto positivo, sin embargo, para el primer trimestre de 2013, el subsector de ingeniería civil reportó un descenso de 2.3%.
El sector de la construcción se encuentra actualmente en desaceleración, derivada de las deficiencias en la participación de la inversión de origen privado así como las del marco regulatorio, en el que se incluye la falta de una nueva ley de asentamientos humanos. Aunque habrá que mantener la perspectiva positiva de corto y mediano plazo para el tercer trimestre del año, pues al momento, el sector se encuentra detenido en 3% de avance.
No debemos dejar de lado el tema de la transparencia, donde se incorporan mecanismos que permiten la mejora en la rendición de cuentas del sector de la construcción, por lo que, a nivel federal, existen el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) y CompraNet, portales en donde se tiene acceso al programa anual de obras públicas así como a la planeación, ejecución y resultado de los proyectos de las contrataciones originadas de licitaciones de orden público.
Durante 2012, la realización de obras con inversión pública corrió por cuenta del Gobierno Federal en un 98.6% con un monto de 524 mil 34 millones de pesos, mientras que la participación del Gobierno Estatal fue de 0.67% y del Municipal con 0.039%.
En este contexto, se espera que con la aplicación del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, donde el sector de la construcción participará de manera activa en el rubro del México Incluyente (acceso a servicios básicos, agua potable, drenaje, saneamiento, electricidad, seguridad social, educación, alimentación y vivienda digna), el del México Próspero (infraestructura adecuada, acceso a insumos estratégicos, competencia sana entre las empresas y el desarrollo de una política moderna de fomento económico enfocada a generar innovación y desarrollo en sectores estratégicos) y en la instauración del Plan Nacional de Infraestructura (construcción de carreteras, ferrocarriles, puertos, red frontal de fibra óptica, entre otros) se generen cambios en la tendencia actual.
Bajo este panorama, los pronósticos de crecimiento del PIB de la construcción estiman un 3.2% al finalizar el 2013; casas financieras como Banamex y Scotiabank sugieren 3.6%, mientras que Invex no se muestra optimista al mostrar un 2.9%.
Las expectativas ahora se vuelcan sobre los diversos programas de financiamiento, los esquemas en materia de infraestructura, sobre todo, en las reformas estructurales de la actual administración federal.
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