Cosmética que beneficia

Sep-Oct, 2013  |  Industria saludable

Volviendo a lo natural

Por evidencias en pinturas rupestres así como por estudios antropológicos y arqueológicos que dan cuenta del hallazgo de utensilios en tumbas y ruinas, se ha demostrado que desde la prehistoria, la humanidad se ha preocupado por su apariencia, por lo que se descubrió el potencial transformador de la cosmética asociando la autoestima de hombres y mujeres con el cuidado de la piel y la apariencia.

Para el Paleolítico, comenzaron a utilizarse colorantes vegetales, arcillas y tierras pigmentadas mezcladas con grasa de animales para fabricar cosméticos.

En el año 5000 a.C. los sumerios y asirios alcanzaron un gran desarrollo; sus recetas incluían 250 derivados de vegetales, 120 minerales y usaban como vehículos al vino, aceites, grasas,
miel, cera, leche y agua. No solo disponían de estas mezclas para uso cosmético, también para su uso farmacéutico, como fue el caso del azufre para tratar la sarna y el opio para aliviar el dolor.

Se sabe que en Egipto el cuidado de las mujeres era muy similar al de la actualidad, ya que contaban con maquillajes y desodorantes; sin embargo, fueron los griegos quienes definieron los cánones de belleza.

Durante el Siglo XX, con el progreso económico mundial, millones de personas se convirtieron en consumidores de productos para la higiene y mejoría de la apariencia; en esta época, los grandes laboratorios lograron el control del mercado y las famosas casas de diseñadores lanzaron sus marcas de cosméticos, generando la masificación del consumo con el riguroso cumplimiento de normas para la elaboración de los diversos productos.

En 1951, la Universidad de Zürich y Hoffman inició la producción industrial de productos estandarizados y clínicamente probados para su aplicación en cosmética.

Ya para la última década, la nueva era de la cosmética ha alcanzado un marcado avance científico que enriquece el conocimiento de las funciones de la piel y revela mecanismos moleculares que facilitan el diseño de productos, para acciones específicas principalmente enfocadas al rejuvenecimiento.

En la reestructuración industrial del sector cosmético a nivel mundial, se visualiza una gran tendencia hacia tres movimientos: la ecologización, la nutricosmética y la cronobiología.

La ecologización

Expresa la necesidad de añadir nuevos valores a las mercancías y al propio acto de consumo. Estrictamente, propone prescindir del uso de animales para pruebas toxicológicas y alergénicas, el uso de empaques reciclables, transparencia respecto a la procedencia de los ingredientes empleados, el comercio justo con proveedores y clientes y el uso de principios activos de origen preferentemente vegetal.



Con ella viene el gran auge de los productos orgánicos, por lo que se debe diferenciar entre:

1. Cosméticos orgánicos. Los ingredientes que usa son 95% naturales y 5% provienen de la agricultura ecológica sin el uso de pesticidas ni abonos químicos. Poseen una mejor tolerancia dérmica y menor poder alergenizante, resultando más activos y eficaces.
2. Producto Bio. Elaborados con 95% de ingredientes de origen natural o vegetal, aunque algunos de ellos pueden ser sintéticos. Solo el 10% proviene de cultivos ecológicos.

Para que un cosmético se considere orgánico debe cumplir ciertos criterios:

Aplicar materias primas. Se dividen en dos grupos: principios activos de origen natural a base de sustancias biológicas principalmente de origen vegetal y mineral y principios activos o componentes derivados de origen sintético.

Excluir sustancias sintéticas. Colorantes, siliconas, parafinas, parabenos, fragancias y otros derivados del petróleo.

Utilizar emulgentes y tensoactivos de origen vegetal.
Usar conservadores naturales en un mínimo del 90%.

No admite radiaciones.

Que sean productos no probados en animales.

Emplear envases reciclables y biodegradables.

Los requisitos de certificación para un cosmético bio u orgánico están en función del organismo regulador, los principales son:

United States Department of Agriculture(USDA). Entidad de Estados Unidos. Regula las normas para cualquier granja, la cosecha de cultivos silvestres o la operación de manipulación para productos agrícolas producido orgánicamente.

EcoCert. Se ubica en Francia y cuenta con sucursales en otros países. Distingue entre productos ecológicos y biológicos.

Soil Association. Asociación inglesa que certifica exclusivamente dermocosméticos con un 95% de ingredientes ecológicos y una etiqueta clara.

BDIH. Federación de empresas y fábricas alemanas dedicadas a la farmacéutica, dietética y a productos higiénicos.

Asociación Vida Sana. Entidad española que avala cosméticos con ingredientes naturales, pero no diferencia entre bio y eco.

Cosmebio. Asociación francesa abierta a las empresas que deseen formular cosméticos naturales y orgánicos.

Demeter. Su sede se encuentra en Bruselas. Esta certificación se logra después de producir biodinámicamente la totalidad de los principios activos de origen vegetal durante un mínimo de doce meses, con el fin de demostrar que los métodos de cultivo son ecológicos.

Otra tendencia durante los últimos años es la sustitución de ingredientes de origen animal por los de origen marino; entre los principales y más novedosos activos se encuentran:

Algas. Activos marinos por excelencia. Aproximadamente una treintena se utiliza para cosmética; contienen oligoelementos, sales minerales, vitaminas y aminoácidos directamente asimilables por las células cutáneas. Poseen propiedades tonificantes, regeneradoras celulares, antiseborreicas, drenantes y suavizantes.

Fangos, barros y limos. El Mar Muerto posee barro rico en sales minerales y sedimentos orgánicos provenientes de los ríos que en él desembocan; su elevada salinidad, diez veces mayor que en otros mares, le confiere excelentes propiedades purificantes y mineralizantes que permiten la formulación de productos para la caspa, las pieles grasas y tratamientos reafirmantes y revitalizantes. Los sedimentos marinos contienen partículas extrafinas ricas en calcio, magnesio, zinc y azufre que otorga propiedades terapéuticas superiores a las arcillas, por lo que se han incorporado en mascarillas faciales y capilares.

Ingredientes marinos contra el envejecimiento:

Caviar. Otorga firmeza y luminosidad a la piel; activa el metabolismo celular a través de la síntesis de colágeno y la hidratación; además de ser un potente antioxidante debido a su riqueza en omega-3, fosfolípidos, vitaminas, ologoelementos y aminoácidos.

Polvo de perlas. Se ha usado en China desde hace más de dos mil años, ya que se compone por 18 aminoácidos y un contenido 30% superior de calcio en comparación con los ingredientes usados hoy en día.

Si bien se prefiere el uso de activos de origen vegetal, actualmente dos activos de origen animal están causando revuelo en esta re-estructuración industrial. El primero es la apitoxina o veneno de abeja como alternativa natural para tratar el envejecimiento facial, pues según estudios posee un efecto similar a la toxina de serpiente (treinta veces superior) y al bótox, ya que favorece la circulación sanguínea con lo que la piel luce más joven, regenerando las células dañadas y fomentando la producción de colágeno. Es por eso que dos firmas inglesas ya incorporan el veneno de abeja en sus cosméticos. También, se ha convertido en una alternativa contra el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), ya que un grupo de científicos de la Universidad de Washington usaron nanopartículas cargadas con veneno de abeja y con ello eliminaron el virus VIH sin dañar las células sanas.

El segundo es el aceite de avestruz, porque este animal puede convertir omegas de origen vegetal en omegas de origen animal, por lo que la calidad es pura y de total asimilación para el organismo humano convirtiéndolo en un producto no comedogénico, aquel que en su formulación no incluye ingredientes que puedan obstruir los poros, con lo cual se evita la aparición de espinillas y el agravamiento del acné.

La cronobiología

El novelista francés Émile Zola proclamaba que “la belleza es un estado de ánimo”, y es notable dicha frase ya que no es causalidad que la piel se muestre más luminosa en ciertas ocasiones dependiendo del estado de ánimo, el momento del día e incluso del clima. Esto se conoce como cronobiología y se debe a que el organismo se rige por ritmos biológicos que facilitan o dificultan la capacidad receptiva de la piel en ciertos momentos. Conocer dichos ciclos permitiría obtener resultados enriquecedores, por ejemplo:

Por la mañana, se recomienda estimular la circulación, ya que durante la noche la temperatura corporal disminuye, ocasionando que el organismo se ralentice. Al despertar, se ponen de nuevo en marcha las funciones vitales, especialmente la circulación sanguínea, por lo que puede aprovecharse este momento para eliminar los líquidos y toxinas que forman bolsas debajo de los ojos y provocan hinchazón facial y corporal.

Al mediodía, las glándulas sebáceas marcan un pico de actividad, por lo que es recomendable usar productos absorbentes y matificantes para frenar la secreción sebácea.

Por la noche, la piel despliega todo su sistema de recuperación, momento ideal para realizar tratamientos de limpieza profunda y aquellos de rejuvenecimiento, pues entre las doce y cuatro de la mañana hay una mejor absorción de las sustancias activas antiedad.

Respecto a las estaciones del año, es recomendable que durante la primavera eliminemos las toxinas, ya que los días son más largos y la luz más intensa, ocasionando un aumento en el sistema inmune. En verano, la luz solar estimula las secreciones químicas del cerebro proporcionado mayor energía, por lo que la piel únicamente necesita mantenerse humectada debido a que el exceso de calor acelera la evaporación del agua. El otoño se caracteriza por el acortamiento de los días y la variación lumínica, lo cual causa cierto desconcierto en el organismo provocando que la piel tienda a perder su coloración; en esta época se recomienda el uso de tratamientos reafirmantes, regeneradores y reactivantes. En el invierno, los riesgos se incrementan al disminuir las defensas inmunitarias, a la contracción de los vasos sanguíneos y a la reducción de la oxigenación de los tejidos, por lo que será necesario ayudar a la piel a defenderse de las agresiones utilizando bloqueadores de luz ultravioleta de onda media (UVB), ya que aunque no se aprecia el sol en su esplendor, estas emisiones son más fuertes y constantes; también se recomienda el uso de cremas hidratantes para el contorno de ojos, zona más sensible en esos días.

Nutricosmética

El estilo de vida actual (mayor contaminación y estrés, tabaquismo, falta de actividad física e ingesta de dietas no equilibradas) ha desfavorecido el estado de salud el cual repercute directamente en la piel ya que disminuye el nivel de oxigenación cutánea.

La nutricosmética nace como parte de un nuevo concepto de belleza integral donde se busca satisfacer la necesidad de hacer lucir bien la piel desde el interior a través de la toma de nutricosméticos, los cuales son complementos alimenticios que aportan complejos vitamínicos, oligoelementos, minerales, antioxidantes, ácidos grasos esenciales y fitonutrientes específicos para ayudar a mejorar su apariencia.

La situación nacional

México ocupa el segundo lugar en exportaciones de productos para el cuidado personal después de Brasil. El valor del mercado es de 9.8 millones de dólares donde el 85% del mercado total son las empresas afiliadas a la Cámara Nacional de la Industria de Productos Cosméticos (Canipec).

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), esta nueva era de la industria ha aumentado las ventas del sector; durante el primer semestre de 2012 movilizó nacionalmente 1.38 mdd por dicho concepto, mientras que en el mismo periodo en 2013, el valor incrementó a 1.42 mdd. (Figura 1).



Figura 1. Cosméticos, perfumes y otras preparaciones de tocador.
Fuente: INEGI. Encuesta mensual de la industria manufacturera.


Como pudo observarse, los esbozos de la cosmética eran completamente naturales, la llegada de la industrialización exigía el uso de sustancias que, lejos de satisfacer la necesidad de una mejor apariencia, terminaron poniendo en entredicho su relación con la salud. Actualmente son muchas las investigaciones que se realizan para mejorar los productos cosméticos con el propósito de desarrollar aquellos menos agresivos, tanto en su proceso de fabricación como en los ingredientes que utilizan, proporcionándonos gran variedad de productos que se acoplan a nuestras necesidades.

Será valioso considerar que los efectos obtenidos se apoyen no solo en lo que la química cosmética brinde sino también en el ejercicio físico continuo, la buena alimentación, la correcta hidratación y el conocimiento de los ritmos biológicos corporales ya que todos ellos contribuyen a mejorar la apariencia de la piel. En los últimos años y con la constante información sobre los ingredientes utilizados, la tendencia a volver a lo natural es obligada.


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