Más que botellas
Con la creciente problemática de la contaminación en el mundo, las empresas han decidido contribuir al medio ambiente mediante la mejora de los procesos de fabricación, de los materiales y de la maquinaria que emplean, manteniéndose al día respecto a nuevos procesos y nuevas tecnologías que puedan incorporar para ofrecer productos innovadores de la mejor calidad y de alto rendimiento.
El polietilen tereftalato, PET por sus siglas en inglés, es un poliéster que puede procesarse mediante extrusión, inyección, termosoplado y rotomoldeo; se utiliza como materia prima para fabricación de empaques plásticos, botellas y envases, gracias a que protege y conserva las propiedades naturales del contenido a través de una barrera que incluye aditivos capturadores de oxígeno, multicapas y revestimientos de óxido de silicio (vidrio) y carbono; que, además de poseer alto grado de transparencia, permite conservar el sabor y olor de los alimentos.
Entre sus ventajas destaca que es 100% reciclable, ya que se puede provechar como un nuevo producto; es ligero, resistente, puede transformarse en nuevos materiales, además de no poner en peligro la salud. Incluso, el nanocompuesto del PET se emplea para confeccionar varas para siembra, láminas traslúcidas, canales de irrigación y tuberías para drenaje. Otros artículos para los que se aprovecha es en la manufactura de alfombras (hay fabricantes que emplean hasta 60,000 toneladas de PET reciclado para ellas) y rollos multicapas para embalaje y recipientes. Sus aplicaciones incluyen el moldeo grande y moldeo a inyección, las fibras y resinas. Gracias a estas propiedades ha logrado sustituir al vidrio, a la madera y al cloruro de polivinilo (PVC).
Con el incremento de consumo de PET en el mundo, la tendencia dirige a las empresas hacia la fabricación de productos en favor de la sustentabilidad, buscando la reducción sensible de los pesos de las preformas, lo que contribuirá a que el material sea más ligero y sustentable al consumir menos materias primas, y buscando la incorporación de aditivos biodegradables que les confiera oxidegradabilidad.
Sistemas de reciclado
Es prudente diseñar un plan administrativo adecuado, para la mejor optimización de los requerimientos y de la operación de los sistemas de reciclaje; tomando en cuenta los recursos humanos, financieros y de mercadeo que conllevan la mayor cantidad de beneficios posibles siempre otorgando soluciones sostenibles.
Resulta claro que el consumo de este material es bastante generoso, por lo que su reutilización es necesaria y de gran utilidad. Entre las ventajas del reciclaje de PET sobre el medio ambiente, está que la energía que se consume durante su transportación es muy reducida, sus procedimientos son sencillos y las temperaturas a las que se somete para transformarlo en nuevos productos son muy bajas y también pueden ser reciclables. Es por esto que entre las posibilidades de mejoras encontramos las opciones de reciclaje según el tipo de PET:
• Macroselección de componentes. Incluye la selección y agrupación manual de los polímeros de acuerdo a sus componentes y su destino final, para lo cual se requiere conocer la codificación del producto que se encuentra dentro de un triángulo visible en cuyo interior hay una clasificación del uno al siete y debajo unas letras que corresponden al tipo de plástico, esto facilita la separación según su composición química para los procesos de reciclaje.
• Microselección de componentes. Los polímeros se separan de acuerdo a sus componentes después de que se cortaron en trozos pequeños, para que así se obtengan productos de alta calidad.
• Selección molecular. La separación de los polímeros se basa en la temperatura de las disoluciones de cada uno de ellos, lo cual permite recuperarlos en capas. También se puede despolimerizar el polímero en su monómero original.
• Reciclado mecánico. Su objetivo es igualar la pureza del material virgen al revertirse la reacción de condensación y favorecer la reacción de polimerización de la degradación. Ayuda a ahorrar el consumo de gas y petróleo, permitiendo obtener resinas aptas para la utilización en productos que estén en contacto con alimentos.
• Reciclado energético. Los plásticos se incineran para recuperar, en instalaciones especiales, la energía producida por la liberación de calor. Ésta puede aprovecharse como energía eléctrica o combustible.
• Reciclado químico. Requiere someter las botellas a reactores para obtener nuevamente la materia prima con la separación de los polímeros y la manufactura de un nuevo producto.
Los procesos del reciclado químico son:
• Pirólisis. El calentamiento es directo o indirecto sin presencia de oxígeno, lo que provoca que las cadenas se rompan en moléculas. La temperatura máxima que se emplea es de 800 °C.
• Hidrogenación. Se rompen las cadenas poliméricas por medio de hidrógeno y calor, para convertirlas en petróleo sintético que pueda aprovecharse en refinerías y plantas químicas.
• Gasificación. El plástico se calienta por medio de aire u oxígeno, con lo que se obtienen monóxido de carbono e hidrógeno, utilizados para la producción de metanol o amoniaco.
• Lisis química. Se aplican la hidrólisis, glicólisis o alcoholisis para reciclar el material y transformarlo en sus monómeros básicos para producir nuevos plásticos.
• Metanólisis. El PET se descompone en sus moléculas básicas para repolimerizarse y producir resina virgen, aplicando metanol. Es necesario que los residuos plásticos se separen por tipo de resina.
Tecnologías en PET
Dada la trascendencia de este polímero en diversas industrias y al crecimiento en su consumo, las empresas se han concentrado en desarrollar nuevas tecnologías que posibiliten aminorar la huella ecológica, basándose en la reducción del peso y en la resistencia.
En 2013, la S+S Separation and Sorting Technology GmbH, dedicada a fabricación de máquinas y sistemas para la detección y separación de contaminantes, para la inspección de productos y la clasificación de flujos de material, presentó un sistema que se basa en un concepto modular que, por medio de tres sensores, detecta los contaminantes que pueden combinarse durante la clasificación de las hojuelas (flakes) de PET; separa por colores, cuenta con sensores de metal y su módulo de alto rendimiento detecta diferentes tipos de plástico, con lo que se consigue un material reciclado de alta calidad capaz de alcanzar un grado alimentario.
Cabe destacar que son los sensores de metal los que permiten la separación por colores y la identificación de las diferencias de tonos para los distintos tipos de plástico, lo que aumenta la calidad del material reciclado. Su unidad de chorro de aire distingue las partículas de metal indeseables, aprovechando la mayor cantidad de material y reduciendo la necesidad de aire comprimido. Este sistema tiene un diseño modular y compacto de gran eficiencia energética que, al no requerir refrigeración por separado, incrementa su rentabilidad y la garantía del reciclaje de las materias primas.
Por otro lado, el grupo multinacional SACMI, dedicado a la fabricación de maquinaria para la industria del plástico, desarrolla tecnologías que contribuyen a la reducción de los costos unitarios de los productos y aporta atributos en términos de flexibilidad, que permiten trabajar con diferentes resinas y formatos. Su máquina CBF cuenta con una tecnología de compresión que trabaja tanto con PET como con polietileno de alta densidad (PEAD). Este tipo de tecnología de compresión posibilita una extrusión contínua del plástico, mientras que en el interior del molde, la preforma se termoregula a una temperatura conveniente que facilita tanto el soplado como el estirado para darle forma.
En cuanto a aditivos para el reciclado mecánico de plásticos, la compañía química líder mundial BASF, además de intentar simplificar el reciclado con sus aditivos, busca que los materiales reciclados tengan mejores propiedades, otorgándoles mayor equilibrio por medio de estabilizantes.
También, entre sus artículos está un soporte analítico para 160 pigmentos que facilita y asegura el uso de productos en aplicaciones del sector médico, alimentario, de juguetes y de cuidado personal; esto, con el objetivo de reducir los riesgos de contaminación en la industria.
Otra empresa, SortingSolutions, dedicada a sistemas de clasificación basados en sensores, cuenta ya con aplicaciones que permiten la clasificación de plásticos vírgenes y reciclados gracias a la mecánica, óptica y electrónica de la maquinaria. En el caso de los primeros, separa los materiales con métodos de detección que seleccionan parámetros de clasificación donde los materiales no requeridos se eliminan con chorros de aire controlados electrónicamente por medio de válvulas, garantizando una pérdida mínima de producto. Igualmente, se encarga de eliminar manchas y aquellos materiales que no cubren los requerimientos en cuanto a color, forma y transparencia; evitando en mayor medida los defectos.
En la clasificación de plásticos reciclados, su tecnología analiza las escamas de plástico clasificándolas por detección de material. Dicha empresa combina el diseño mecánico con un sistema de doble sensor que mejora la eficiencia del proceso con un espectrómetro que se centra en el rango del espectro visible, el cual localiza contaminantes de color, mientras que el sensor de infrarrojos identifica PET, PEAD, PVC, entre otros.
El PET como negocio
La oportunidad de negocio siempre existirá y, cuando se conjunta en una idea la posibilidad de sacarle provecho a un material con la de contribuir al cuidado del medio ambiente, ésta tiene un mayor potencial de éxito.
El Instituto Mexicano del Plástico Industrial (IMPI) informa que ha registrado que cada año se producen en el país casi 800 mil toneladas de productos fabricados con PET, de las cuales 200 mil son exportadas a China y a otros países, a un precio promedio de 3 pesos por kilo de PET.
El estudio más reciente realizado por la ECOCE muestra la cantidad de PET utilizada, recolectada, reciclada y exportada por México en 2011 y, con base en sus resultados, realizó una estimación para 2012. (Figura 1).
Figura 1. PET en México: cifras oficiales 2011 y cifras estimadas 2012.
Fuente: Elaboración propia con datos de ECOCE.
Al pensar en incursionar en el reciclaje, es importante considerar cuáles son los materiales más comerciables, además de tomar en cuenta la inversión a realizarse en la recolección, acopio, almacenamiento y transportación del material; así como no olvidar que ayuda a reducir el uso de energía. La relevancia del PET radica en todas las industrias que pueden ocuparlo una vez que se recicló, por lo que es recomendable buscar alianzas con empresas que estén en posibilidades de comprarlo.
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