Ingenieros con valor para transformar al mundo

Nov-Dic, 2013  |  Publirreportaje

“Lo que hace falta es tejer, hacer ese nudo entre la industria y la academia”

Casi 50 años han transcurrido desde que el Ing. Guillermo Salazar Polanco fundó la entonces Escuela de Ingeniería de La Salle, por iniciativa del rector Manuel de Jesús Álvarez Campos, bajo un plan de estudios creado a imagen y semejanza del de la UNAM. “Éramos una universidad incorporada hasta el año 1987, en que vino un decreto presidencial para tener un reconocimiento de validez oficial para que La Salle impartiera sus propios programas, los diseñe, los administre, los gestione, los modifique y los vincule directamente”, explica en entrevista para Tu Interfaz de Negocios el Ing. Edmundo Barrera Monsiváis, Director de la Facultad de Ingeniería de La Salle, quien recuerda “en esos años la planta docente era gente de la UNAM, pues en ese entonces no había un referente mayor de docentes para abastecer a la escuela”.



Ing. Edmundo Barrera Monsiváis, Director de la Facultad de Ingeniería de La Salle.

Así, el ingeniero destaca que, en la Universidad La Salle, donde se busca la formación de profesionales con valor, “formamos alumnos muy tenaces, muy empeñosos. El perfil de ingreso habla de un aspirante deseoso de innovar, investigar, transformar, producir y servir. Al conjugar esas cinco variables en un perfil, tenemos que irlas moldeando a lo largo de los nueve semestres que dura una licenciatura, para que entonces entreguemos un egresado al mundo laboral, a la sociedad, con esas mismas cinco características, pero ahora demostrables”.

Con 76 universidades y presencia en los cinco continentes, La Salle, en voz del también ex director de la misma universidad, busca un perfil del egresado más enfocado a los requerimientos que exige el país, “nuestro alumno sí está más formado para las filas del empleo, pero también tenemos una veta importante de egresados formados para ser emprendedores, ya que contamos con una incubadora de negocios, un área en la facultad que los vincula con la bolsa de trabajo, y eso les permite emprender, ser dueños de empresas y generar empleos”.



La Salle, reconocida a sí misma como una institución de educación superior inspirada en el evangelio de Cristo y en la tradición filosófica, pedagógica y espiritual de su fundador, Juan Bautista de la Salle, busca a través de su modelo educativo aprender saberes, desarrollar proyectos y compartir capacidades y valores que, enfocados a su Facultad de Ingeniería logren un egresado con alta capacidad de servicio, “que realmente tenga virtudes de servir, de extender la mano, de ayudar”, como lo expresa su mismo director, quien afirma que sus alumnos son egresados “que generalmente no entran a posiciones de alta dirección, ahí está la sutileza de la diferencia; colocamos a un egresado que sabe ascender, que sabe empezar desde arrastrar el lápiz, como bien se dice. Un egresado que tenga la posibilidad de ir aprendiendo para adquirir la filosofía de la empresa para la que trabaja, sin perder de vista la filosofía que le dio la institución”.

En el 2006, La Secretaría de Educación Pública (SEP), le entregó a La Salle el estatus de Universidad de Excelencia, mismo año en que se insertaron 13 asignaturas transversales en todas las carreras, un área común que busca tener un egresado con capacidades de comunicación oral y escrita; que cuente con habilidades lingüísticas, alternas o complementarias al español, con fuertes bases filosóficas, antropológicas y humanistas, así como con una capacidad de liderazgo suficiente para forjar a un alumno en cuestiones de gestión y emprendimiento, desde el social hasta el laboral. “La idea es que al final el alumno tenga esas habilidades que hoy pide cualquier empleador, porque no bastan los conocimientos, requiere de otras competencias, muy del orden laboral, para desempeñarse bien, porque va a ir afuera a un mundo voraz, muy competitivo y muy distintivo. Creemos que estamos formando a un ingeniero más sólido, más fuerte, más capaz y, sobre todo, con más posibilidades de defenderse”, apunta.

En temas de vinculación, La Salle, además de pertenecer a la red internacional AIUL (Asociación Internacional de Universidades Lasallistas), tiene nexos con firmas trasnacionales como DHL, Federal Express, Procter & Gamble, Walmart, Cisco, etcétera. “No estamos solos, nuestra plataforma, nuestra oferta, nuestra acción cotidiana de educación y de formación la tenemos constantemente ligada a alguien más, ya sea del nivel o del ámbito educativo propio del lasallismo o más allá”, agrega el Ing. Barrera.



De esta forma, Barrera Monsiváis destaca que, en materia de escuela, de una facultad de ingeniería en particular, el reto para México “es que requerimos más confianza, más cercanía con la industria local, regional y mundial (…) El país está urgido de una ingeniería que tenga más capacidad de generar conocimiento propio, seguimos siendo buenos pero tenemos ingenierías que están produciendo lo que producen otros, y eso no puede seguir siendo así (…) Por ello debemos generar ingeniería, desde generar el conocimiento, producirlo, ejecutarlo y patentarlo, para que entonces el empleador, el estudiante y los productores de la cadena que le dan a la ingeniería el producto y el resultado, trabajen en un mismo fin, porque ahorita vamos como por fines diferentes: el mercado tiene una prioridad, el estudiante y la academia tienen a veces otra y los insumos tienen otra. Lo que hace falta es tejer, hacer ese nudo entre la industria y la academia”.

Así, La Salle busca dar sentido al slogan “Profesionales con valor”, basado en la filosofía educativa de la institución: “educar en valores humanistas cristianos, porque ésta es una universidad de inspiración cristiana, por lo tanto cree en el hombre, a razón del hombre y por el hombre”, por ello, en las mismas palabras de Edmundo Barrera agrega que “para los 50 años lo que hicimos fue ponerle el adjetivo: Ingenieros con valor para transformar al mundo”.

En febrero de 2014 La Salle cumplirá 50 años de iniciarse en el rumbo de la ingeniería, para lo cual, se preparan ya múltiples festejos: “Tenemos planeado cubrir todos los ejes del currículum universitario. Habrá conferencias, un nuevo plan de estudios, una maestría en dirección industrial, un concurso de ensayo sobre la trayectoria de lo que ha sido la ingeniería lasallista en México, y de lo que los alumnos más jóvenes de ingeniería piensan que ocurrirá con la ingeniería del mañana, un concurso de investigación, además tendremos actividades culturales, un concierto, y una convivencia social en Chapultepec”, explica su director, quien con entusiasmo adelanta que se llevará a cabo la construcción de un emblema, “como el reloj solar que hicimos a los 30 años; ahora queremos que ese reloj escale a ser, en el mismo prototipo, un reloj solar, astronómico, digital, electrónico, mecánico, que tenga alusión a los 50 años y que proyecte un poco la utopía que busca la facultad y que todo esté en el mismo reloj”.

“Tenemos que hacer alusión a que los 50 años hablen de solidaridad, convicción… Que a través de los logros y triunfos ha habido ratos de angustia, tristeza, flaqueza, de reto, y que eso valoren los jóvenes. Los jóvenes de hoy necesitan tener un poquito más de referente de qué ha sido la historia, para que puedan construir un buen futuro, porque si de por sí se nos invita a que el ayer no existe y el mañana tampoco, que sólo es el hoy… pero si también vivimos en el egoísmo del sólo hoy, estos jóvenes no van a tener referentes de qué es el hoy sin el ayer (…) Queremos que los 50 años, a través de las formas de expresión de los jóvenes, les permita aprender de ayer y proyectar un poco el mañana”, finaliza.


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