Sector Hotelero y Restaurantero

Estudio comparativo, situación actual y perspectivas

Una serie de eventos desafortunados han afectado sensiblemente a la actividad turística en México. Estos eventos comenzaron en el año 2008 con la crisis financiera; en 2009, con el brote de influenza se acentuó la intensidad de los efectos, que persisten con las continuas alertas que E.U.A. y Europa han lanzado sobre precauciones de seguridad para viajar a México. El decrecimiento de la actividad turística afecta de manera directa a dos sectores principalmente: al hotelero y al restaurantero.

Dentro de los principales indicadores de desempeño y crecimiento del sector hotelero se encuentran los porcentajes de ocupación, cuyas cifras han caído de manera importante para la mayoría de los destinos turísticos en el país a lo largo de 7 años (Figura 1).

Una de las zonas turísticas más afectadas es Loreto en Baja California Sur, que este año vio disminuida en 43% la ocupación con respecto a 2007 y en un 1.9% con respecto al año pasado. Un ejemplo menos dramático es Cuernavaca, cuyos porcentajes de ocupación disminuyeron 9.5% con referencia a 2007 y 1.2% en comparación con 2010. Pocos son los destinos en los que aumentaron los porcentajes de ocupación, por ejemplo Pachuca reportó aproximadamente 20% más de ocupación con respecto a 2007 y 2010.

Figura 1. Diferencia en porcentaje de ocupación de varias ciudades seleccionadas. Datos correspondientes al mes de Junio de cada año (SECTUR). ND. No determinado * Datos de Mayo.

A pesar de que los sectores restaurantero y hotelero tienen características similares, cada uno presenta algunas variaciones. Por ejemplo en términos de excedente bruto de operación, el servicio de alojamiento temporal había tenido una tasa de crecimiento ligeramente mayor a la que presentaba el sector de preparación de alimentos y bebidas. En 2008 comenzó el decrecimiento de valores de excedente de producción para el primer sector, mientras que es hasta 2009 que se hizo más notorio para el segundo. Es importante mencionar que desde 2003 hasta 2008 el sector restaurantero no tuvo variaciones significativas en cifras de este indicador, mientras que el hotelero mostró un crecimiento más acentuado.



Los índices agregados de ingreso en 2011 para servicios de alojamiento temporal y preparación de alimentos y bebidas, están muy por debajo de los correspondientes a los años de 2006, 2007 y 2008, y muestran un ligero crecimiento en comparación con 2009 y 2010. Nuevamente se observa que a partir de 2009 estos sectores no han reportado un crecimiento importante en el índice de ingresos.

Figura 2. Excedente bruto de operación. Fuente: INEGI.

Hablando en términos de PIB, los dos sectores -hotelero y restaurantero- generaron en el primer mes de 2011 poco más de 227,638 millones de pesos, valores que superan en un 0.76% el valor de PIB del mismo mes de 2010, pero que están por debajo en 6.4% y 0.13% para los valores mensuales de enero de 2008 y 2009 respectivamente. Lo anterior significa una disminución de poco más de 15 millones de pesos de participación en el PIB con relación a 2009.

Por otro lado el PIB generado por turismo dentro de los sectores de alojamiento, y restaurantes y bares, alcanzó un máximo en 2008, con un valor de casi 97 mil millones de pesos para el sector de alojamiento, y se había mantenido constante para los servicios de alimentos y bebidas. Para ambos sectores disminuyó notablemente por los eventos en 2008 y 2009 ya mencionados. Es relevante hacer notar que los otros servicios de alojamiento, como las posadas, pensiones, hostales y cabañas, obtienen por turismo una parte insignificante del mercado en comparación con hoteles y moteles; sin embargo, es un sector con grandes posibilidades de desarrollo y todavía más si consideramos los estímulos que hay para el eco-turismo y el turismo de aventura.

Figura 3. Índice agregado de ingresos. Fuente: INEGI.

Por otro lado, los ingresos por divisas disminuyeron en un 5.9 % este año (Enero-Mayo), con respecto a 2010 y un 0.28% con respecto de 2009 en el mismo periodo. El Banco de México calificó esta situación como la peor del país en materia de turismo desde 2004.

No cabe duda de que se requiere un verdadero compromiso de los sectores público y privado para que el turismo en México pueda ser realmente competitivo, para que, de manera respetuosa con el medio ambiente, genere ingresos a todos los oferentes de servicios, y a través de las actividades turísticas, se fomente un interés nacional e internacional por nuestro país.

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