Carreras profesionales en México

Ene-Feb, 2015  |  Tendencias

Un vistazo desde el enfoque productivo

Hoy en día estamos enfrentando una época de grandes cambios, por lo que muchas actividades importantes en el país se han visto fuertemente afectadas, una de ellas es el área académica. Las reformas legales, los avances en ciencia y tecnología, así como las habilidades y características de cada nueva generación han provocado que las instituciones educativas transformen los planes de estudio y agreguen o cierren carreras, de manera que se ajusten a las necesidades específicas del mercado profesional y por ende a las actividades productivas del país.

En México, como en prácticamente cualquier país, existe una relación muy estrecha entre el mercado laboral y la formación de profesionistas, por ello se ha creado el Sistema Nacional de Clasificación de Ocupaciones (SINCO) y la Clasificación Mexicana de Programas de Estudio por campos de formación académica (CMPE).

Ambos sistemas son herramientas básicas que ayudan a planear y tomar decisiones respecto a temas de empleo y educación. Tales instrumentos están aprobados por el INEGI y se encuentran vigentes en su nueva versión desde 2012; además, cuentan con carácter de uso obligatorio para las instituciones que realizan actividades estadísticas y geográficas cuyo tema de interés sea la información estadística sobre ocupación y empleo para el Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica (SNIEG), así como para programas de estudio de los niveles medio superior y superior en todo el país.

Con base en lo anterior se gestan los diferentes indicadores que permiten conocer la situación del mercado laboral en México, por ejemplo, para saber el comportamiento de las carreras es posible utilizar el número de personas ocupadas, número de egresados, ocupación específica, salario, actividad económica o sector de ocupación, edad, sexo y jornada laboral.

En este artículo hablaremos de las carreras nuevas y de aquellas que están perdiendo terreno debido a los cambios ocasionados por las tecnologías y técnicas más recientes; o debido a las condiciones económicas y sociales actuales, y la globalización. Factores que, además, han dado como resultado una serie de campos del conocimiento en los que se requiere abrir espacios formativos, dando pauta a las transformaciones que se presentan actualmente y que arrojan datos contrastantes entre el pasado y el presente.

Debido a la extensión de este trabajo y a la importancia de las ingenierías y las carreras relacionadas con las manufacturas, la mayor parte del escrito abordará estos dos campos formativos. Aun así, es importante destacar que todas las áreas del conocimiento científico, tecnológico y artístico forman parte del potencial del país para desarrollar y mejorar las capacidades humanas, tecnológicas y económicas.

COMPORTAMIENTO DE LAS CARREAS PROFESIONALES EN EL CAMPO DE LAS INGENIERÍAS, MANUFACTURA Y PROCESOS

Al hacer una comparación entre el catálogo de carreras del INEGI del año 2005 y 2011, se notan cambios significativos entre uno y otro (figura 1); cambios que van desde los nombres de los catálogos y su codificación hasta la forma en cómo se designan las carreras. En el año 2005 todas las ingenierías se clasificaban en un solo grupo (grupo número 41), la clasificación era más simple, las divisiones incluían grupo, subgrupo y grupo unitario. Para el 2011, año en el que las instituciones nacionales actualizaron el sistema de clasificación de las carreras, la organización se volvió más extensa y compleja, pero más completa; el grupo de las ingenierías paso a ser el número 51 y ahora la separación incluye 3 subgrupos, generando una clasificación más específica y acorde con las necesidades laborales y académicas.



Figura 1. Clasificación de ingenierías años 2005 y 2011.
Fuente: Elaboración propia con datos de: Catálogo de Codificación de Carreras del ENOE (INEGI) 2005 y Clasificación Mexicana de Programas de Estudio por campos de formación académica 2011 (INEGI).


Dentro de los cambios relevantes está el cambio de la clasificación de “Ingeniería en computación e informática” por la de “Tecnologías de la información y computación”, “Ingeniería eléctrica y electrónica” desaparece como tal y se crean tres grupos relacionados, el de “Ingeniería industrial, mecánica, electrónica y tecnología, programas multidisciplinarios o generales”, el de “Electrónica y automatización” y el de “Electricidad y generación de energía”. Se crea, además, la sección de “Tecnología y protección del medio ambiente” y se incluyen carreras de Arquitectura y Construcción; se separan en un grupo independiente las carreras de Manufacturas y Procesos. Vale la pena profundizar en el cambio de las carreras del área de “Ingeniería eléctrica y electrónica”, entre el año 2005 y 2011, año en el que cambian radicalmente. Una parte de las actividades relacionadas con eléctrica se incluyen en el nuevo subgrupo de “Electricidad y generación de energía”, sin embargo, las carreras relacionadas con esta última área están mucho más enfocadas en la transformación y distribución de energía a gran escala y con proyectos de energías alternativas, que con aplicaciones eléctricas residenciales o de pequeña escala; por otra parte, el área de “Electrónica y automatización” se transforma para cubrir las necesidades de la industria de grandes niveles de producción apoyados en tecnologías para sistemas automatizados y autónomos con altos niveles de control y calidad.

Estas y otras modificaciones tienen su origen en los factores antes mencionados, no obstante, es conveniente desglosar cómo se han trasmitido estos cambios a la práctica, con el fin de brindar una idea de la relación que existe entre el área académica y laboral, que hasta cierto punto también se entrelaza con la situación política y económica del país.

Por ejemplo, hasta hace algunos años los equipos de cómputo estaban compuestos por tarjetas, componentes y circuitos que podían repararse fácilmente con la mano del hombre, hoy por hoy, se utilizan circuitos integrados y microchips, que muchas veces resultan muy caros y complicados de reparar. Esto ha provocado, por un lado, una mayor automatización de aparatos y equipos, aceleramiento en el desarrollo y aplicación de las tecnologías, crecimiento de las empresas de tecnologías (tanto de servicios como fabricantes y desarrolladores), actualización y capacitación del personal, así como formación de nuevos recursos humanos. Por otro lado, ha ocasionado un decrecimiento de los negocios que se dedican a las reparaciones de equipos eléctricos y electrónicos como consecuencia de la alta tasa de fabricación de productos desechables y aparatos que quedan obsoletos en poco tiempo, con ello se genera una gran cantidad de basura electrónica, además de la reducción o eliminación de la mano de obra.



En cuanto al área académica de “Electricidad y generación eléctrica”, se han originado grandes cambios a partir de innovaciones tecnológicas como los focos. En un esfuerzo por aumentar el ahorro energético y la sustentabilidad se crearon los focos incandescentes, surgieron después las lámparas fluorescentes que dieron origen a los focos ahorradores para que, finalmente, el uso de los diodos emisores de luz o focos LED (por sus siglas en inglés Ligth Emision Diode) vaya en aumento. Esta tecnología ha desencadenado el desarrollo de todo tipo de equipos y aparatos electrónicos basados en ella, y que requieren la participación de los ingenieros electricistas.

Es importante destacar que, de acuerdo con datos del Observatorio Laboral, al segundo trimestre del 2014, solamente el 15.4% de profesionistas egresados de la carrera de “Electrónica y automatización” trabajan en su área, el 25.3% labora a nivel técnico, 4.3% son profesores y 55% se dedica a otra actividad diferente a la que estudió. Caso similar es la carrera de “Electricidad y generación eléctrica”: el 20.2% tiene un trabajo acorde con sus estudios, 22.8% trabaja a nivel técnico, 8.0% se dedican a la docencia, 3.8% son coordinadores y jefes de área en diferentes sectores de la industria; el 45% labora en otra actividad diferente a la que estudió.

Con base en los datos anteriores es preciso señalar que el porcentaje de egresados que no se dedica a actividades relacionadas con su profesión –que son mayoría– depende de razones multifactoriales que son motivo para otro tema. Lo que sí es evidente es que las necesidades actuales han propiciado que algunas áreas académicas se transformen completamente para satisfacer los requerimientos de las empresas productivas y, por consecuencia, atender las necesidades de la vida como hoy se conoce.

NUEVAS CARRERAS Y SUS EXPECTATIVAS

Además de los cambios en las carreras profesionales ya existentes, se encuentran las carreras de reciente creación. No son las mismas para todo el país, pues cada región las incluye de acuerdo con sus necesidades, los recursos de los que dispone para formar profesionistas que se preparen acorde al ámbito en el cual se desenvolverán y las intenciones propias de cada institución educativa. En la figura 2 se mencionan algunas de las carreras nuevas en las principales universidades, tanto públicas como privadas. La nanotecnología es una disciplina nueva que está en una etapa de crecimiento por el impacto y potencial que su desarrollo implica. Los egresados de esta profesión saben analizar y manipular materiales, aparatos y sistemas para diseñar diversos productos, desde fármacos que trabajan a nivel atómico (nano escala) hasta microchips para realizar análisis genéticos.



Figura 2. Algunas carreras de reciente creación en universidades públicas y privadas.
Fuente: Elaboración propia con datos de UNAM, UAEM, IPN, Tecnológico de Monterrey y UVM.


Por último, existen carreras de especial importancia para las manufacturas, impartidas tanto en universidades privadas como públicas, por ejemplo: Procesos Industriales área Manufactura (Universidad Tecnológica), Ingeniería en Negocios y Tecnologías de Manufactura (Universidad del Valle de México), Procesos de Manufactura y Modelado en la Industria de Plástico (SEP- Universidades Tecnológicas), Ingeniero en manufactura (Universidad de Nuevo León); las cuales, aunque su creación no es tan reciente, representan una respuesta a las necesidad particulares de ese sector.

De acuerdo con el Observatorio Laboral las tendencias de las nuevas carreras profesionales giran en torno a 3 factores principales: cambios en los patrones demográficos, cambio tecnológico y el camino hacia la globalización económica.

Con base en lo anterior los especialistas en el tema señalan que las directrices apuntan hacia nuevos campos formativos: Biotecnología y Ciencias de la Vida, Tecnología de la Información y la Comunicación e Ingenierías en automatización y Tecnologías Verdes de desarrollo sustentable.



Es difícil pronosticar con exactitud cuáles serán las profesiones con mayor demanda laboral, pues siempre la dinámica industrial es impredecible, sin embargo, las estadísticas y estudios realizados con base en las necesidades presentes y futuras indican que las instituciones educativas deben formar profesionistas que cubran las áreas tecnológicas, productivas, organizacionales y ecológicas. Añadiendo a sus programas de estudio conocimiento sobre emprendimiento, innovación y otros valores vitales como la integridad, lealtad e iniciativa. La vinculación entre los cambios de una sociedad, la industria y el mercado laboral producen en las instituciones educativas el compromiso de implementar nuevas carreras y formar profesionistas que puedan responder a las necesidades pronosticadas.

Corresponde entonces a la industria, al gobierno y a la sociedad centrar sus esfuerzos y acciones para empujar la generación de empleo y oportunidades, así como conocer y explotar las habilidades de cada persona para la construcción de un futuro más equitativo.


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