Propiedad industrial

Ene-Feb, 2012  |  Innovación y competitividad

Protege tus activos intangibles y utiliza las patentes inteligentemente

Es bien sabido que los mexicanos somos un pueblo creativo; basta ver la multiplicidad de expresiones artísticas, artesanales y culturales para constatarlo. Sin embargo, cuando se trata de aplicar la creatividad en el descubrimiento de soluciones técnicas innovadoras a problemas reales y ganarnos con ello un lugar privilegiado en el mercado, tenemos aún mucho camino por recorrer.

La propiedad industrial, concretamente las patentes, suelen ser un indicador de la actividad innovadora de un país. Las naciones que logran tener una economía basada en propuestas de valor novedosas, son las que tienen mejores opciones para competir en un entorno global y, por ende, sus empresas tienen mayores posibilidades para capitalizarse y crecer.

Para el caso de México, si bien estamos en el lugar 13 a nivel mundial por la cantidad de patentes solicitadas, sólo un 6% de las mismas son de origen nacional (Figura 1). De acuerdo con la Oficina Mundial de la Propiedad Industrial (OMPI), las conomías con ingresos altos tienen en promedio 57.4% de solicitudes nacionales de patentes; las de ingreso medio (excluyendo a China) tienen un 30.8%; y las de bajo ingreso, tienen un 20%. De ahí que el número de patentes que se registran en nuestro país de inventores mexicanos, sea un foco rojo de la competitividad global nacional.

En tanto que las patentes son básicamente títulos que se obtienen con fines comerciales, y basados en el alto número de registros en México de inventores extranjeros, se deduce que México es un mercado atractivo para las empresas, pero con una capacidad de innovación interna muy pobre.

Lo anterior es reflejo de dos realidades: por un lado, la baja inversión pública y privada en investigación básica y aplicada; y por otro, una cultura deficiente de protección. Por ello es importante mejorar el conocimiento de las figuras de protección industrial, pero sobre todo, difundir una cultura para su aprovechamiento estratégico.

Figura 1. Solicitudes de patente por país de prioridad. Fuente: Elaboración propia con datos de IMPI.



¿Qué es una patente?

En términos técnicos, es un título de propiedad que otorga el estado a una persona física o moral, y que confiere el derecho exclusivo de explotación sobre una invención (producto o proceso), que provea una nueva manera de hacer las cosas, o que ofrezca una solución técnica a un problema. Se considera como invención a toda creación humana que transforma la materia o la energía para el aprovechamiento del hombre y la satisfacción de sus necesidades.

Una patente en México, confiere el derecho de explotación exclusiva de una invención por 20 años, siempre que ésta cumpla tres criterios: que sea nueva (es decir, que no se haya conocido públicamente ni en el país, ni en el extranjero), que tenga actividad inventiva (es decir, que provenga de un proceso creativo cuyos resultados no se deduzcan de lo ya conocido con anterioridad, en forma evidente para un técnico en la materia), y que tenga aplicación industrial.

Por ejemplo, el Centro de Investigación en Química Aplicada (CIQA), detectó una planta semidesértica que es muy resistente al ataque de plagas (la Gobernadora -Larrea tridentata-). Mediante investigación aplicada, logró aislar de la resina, un extracto con altas concentraciones de metabolitos secundarios, los cuales representan una defensa química para repeler diferentes patógenos. Este extracto puede utilizarse para elaborar pesticidas orgánicos y medicamentos de origen natural, lo que puede sustituir tanto a agroquímicos con una alta persistencia y efectos dañinos al medio ambiente, como medicamentos cuyos efectos secundarios sean peligrosos. Este desarrollo puede dar lugar a varias patentes, tanto por el método para obtener los metabolitos (si fuera nuevo), como por la aplicación de estos metabolitos como pesticidas y medicamentos. Así, este centro de investigación obtuvo cinco patentes derivadas de esta investigación. Algunas de estas invenciones son tan relevantes que el CIQA decidió protegerlos en varios países.

Es importante saber, que si una patente se registra en México, pero no en Francia, la invención estará protegida en el mercado mexicano, pero no en el francés; así, una empresa francesa podrá libremente utilizar esta tecnología para atacar el mercado francés, pero no el mexicano. De igual manera, si una patente es registrada en Estados Unidos, pero no en México, cualquier empresa mexicana podrá utilizar esta tecnología para atacar el mercado mexicano, pero no el estadounidense. Si una empresa quisiera
proteger los tres mercados, tendría que registrar (y pagar derechos por) su tecnología en los tres países.

Si bien no existe una “patente internacional”, México es parte del Tratado de Cooperación en Materia de Patentes (PCT), el cual permite agilizar los trámites de patentes cuando se ha optado por protección en varios países, pero siempre realizando un registro en la oficina de cada país, en lo que se conoce como fase nacional.

Las patentes como fuente de información técnica y comercial

Una patente también puede ser vista como un acuerdo entre el inventor y el Estado. En este acuerdo, el Estado otorga el derecho temporal de explotación exclusiva de la invención, y el inventor a cambio da la información sobre su invención. Es así que los sistemas de patentes, se concentran en bases de datos que contienen toda la información técnica de los inventos registrados; una verdadera mina de oro.

Las patentes son documentos públicos, por tanto, consultables literalmente por todo el mundo. Se estima que el 60% de la información técnica a nivel mundial se concentra en las bases de datos de patentes.

Es así que, si queremos hacer un desarrollo, siempre es bueno empezar por buscar lo que otros ya han hecho al respecto. Este paso básico, suele ignorarse con demasiada frecuencia; cerca del 40% de las solicitudes de patentes que llegan a la Oficina Europea de Patentes, son negadas debido a que el invento que se quiere registrar, ya existía de antemano.

En otras palabras, más del 40% del dinero que se destina al desarrollo de nuevos productos en Europa, es dinero desaprovechado, que podría haber sido mejor invertido si se hubiera realizado “una búsqueda de arte previo” (es decir, una búsqueda de lo que ya existe en las bases de datos de patentes y de revistas especializadas).

Es cierto que para hacer una búsqueda del arte se requiere de conocimientos y pericia sobre las bases de datos y los sistemas de clasificación de patentes; sin embargo, el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI impi.gob.mx) puede ser un aliado importante para acceder a la información contenida en las patentes a nivel mundial.

Hay también bases de datos disponibles en línea, y que concentran información de muchos países, como el buscador de la OMPI (wipo.int/patentscope/es/), o el buscador desarrollado en Europa: Esp@cenet (lp.espacenet.com).

Si a través de estas herramientas encontramos que lo que queremos desarrollar ya existe, podremos utilizar esta información para mejorar lo disponible o, si no está protegido en nuestro país o ya caducó la vigencia de la patente, utilizar esta tecnología, incluso buscar una alianza con el desarrollador para aprovechar esa tecnología disponible. En caso de que esté registrado en nuestro país, nos permitirá no invadir la propiedad de otros, mejorar la tecnología y, por qué no, buscar también una posible alianza en caso de que esto sea factible.

Este tipo de información también nos servirá para conocer la tecnología de competidores, detectar a posibles competidores y socios, conocer la mejor tecnología disponible de nuestro ámbito de acción, hacer benchmark tecnológico, acceder a estas tecnologías por medio de compra o licenciamiento, y monitorear la actividad comercial y tendencias tecnológicas.

En México hay alrededor de 300,000 patentes registradas, mientras que a nivel mundial, hay más de 80 millones. Esto quiere decir que, sabiendo cómo utilizar la información contenida en estos documentos, hay literalmente millones de oportunidades de aprovechar tecnología disponible para nuestro beneficio.

Otras formas de protección

Las patentes no son el único modelo de protección a la propiedad intelectual. En México existen también otras figuras de propiedad intelectual que conviene conocer y gestionar estratégicamente para proteger nuestros activos intangibles.

Así, en materia de innovación y tecnología, tenemos mucho por hacer. Te invitamos a conocer con mayor profundidad el apasionante mundo de la propiedad intelectual y sus posibilidades. Si tienes inquietudes al respecto, no dudes en contactarnos: [email protected]

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