Anteriormente el concepto de producción era como una línea de montaje, en la que diferentes compañías se dedicaban a la proveeduría de productos o servicios puntuales, y al final de la cadena, estaba el consumidor, que a través de su compra realizaba el valor en el mercado. Hoy día las empresas enfrentan el reto de integrar diversas actividades; no basta con producir un producto, los clientes buscan soluciones integrales, por lo que la filosofía de resolver su problema como si fuera propio, es imperativo.
En este sentido, la presente edición de Tu Interfaz de Negocios es particularmente venturosa, pues reúne en sus páginas la visión de dos expertos de ramas tan diferentes como las artes gráficas y los sistemas de automatización y control, que coinciden en que el presente y futuro de la industria está en comprender profundamente a los clientes, y ofrecer soluciones que conjunten los mejores productos, con servicios integrales: desde la detección de necesidades, hasta capacitación y servicios post-venta.
De este modo, las propuestas de valor surgen de la mezcla de productos y servicios, y sobre todo, del modo como se conjuntan. Si la oferta tiene atributos únicos que el mercado aprecia, puede representar una ventaja competitiva. Así, ganarse y mantener un lugar en el mercado no es algo que se logre por casualidad, sino con conocimiento, y con decisiones informadas; desde luego, con ofertas de valor que representen la concreción en la práctica de una filosofía empresarial y de estrategias bien planeadas, como se apunta en la segunda entrega del texto de Planeación Estratégica.
Otras variables que han entrado en juego en las últimas décadas son: el cuidado a los recursos naturales, y la prevención de riesgos; estos dos parámetros están cambiando desde la raíz el modo como entendemos al mundo y nuestras actividades en él. En este sentido, dos expertos de la Torre de Ingeniería de la UNAM nos comparten información relevante para comprender qué son y cómo operan los sistemas integrados de control en la industria, una pieza clave para el control de riesgos, y para proteger así a las personas, a la rentabilidad, la productividad y el medio ambiente.
Así mismo, toda vez que el acceso al agua de calidad es un factor básico para la mayoría de las actividades industriales, y en general humanas, tener presente el estrés hídrico que hay en nuestra región nos permite considerar que, a la larga, resulta más barato y racional invertir en sistemas de captación, tratamiento y gestión del agua, que pagar un consumo excesivo, multas por descargas inadecuadas o cierres de planta, pues conforme aumenta la densidad industrial y los niveles de competitividad, las normas ambientales se vuelven más estrictas. Más allá del dinero, está un tema ético y de supervivencia como especie.
Siendo México un gran productor de alimentos y un país tropical, poner énfasis en el manejo que se hace de frutas y verduras una vez que han sido cosechadas, es fundamental para evitar pérdidas que afectan tanto a la economía, como a la demanda de recursos naturales para la producción de comida. Con técnicas adecuadas de almacenamiento mixto que compartimos contigo en la presente edición, todos como sociedad ganaremos mucho.
Raúl Macazaga
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