Estrés hídrico

Jul-Ago, 2012  |  Sustentabilidad

Sedientos en un mundo lleno de agua

El volumen total de agua sobre la superficie de la Tierra se estima en 1,338 millones de kilómetros cúbicos; los océanos cubren el 71% del planeta. Desafortunadamente, muy poca de esa agua puede ser utilizada por los seres humanos.

El agua dulce no sólo la necesitamos para beber, sino que además la utilizamos para producir la gran mayoría de nuestros alimentos.

Del total de agua en la superficie de la Tierra sólo un 2.5% es dulce. Sin embargo, la gran mayoría se encuentra en los glaciares y en las capas de hielo, lo que la hace prácticamente inaccesible, quedando sólo 1% del total del agua utilizable por el ser humano; ni siquiera este pequeño porcentaje es de fácil acceso, ya que la gran mayoría del agua para consumo humano se encuentra en forma subterránea (Figura 1).



Figura 1: Recursos hídricos en el mundo (Fuente: unwater.org).


AGOTAMIENTO DE RECURSOS HÍDRICOS: PROBLEMÁTICA INDUSTRIAL

Al problema de la poca agua disponible, se suma el de la contaminación acuática; en México se generan alrededor de 400m3 por segundo de aguas residuales -que alcanzaría para llenar de agua contaminada el Lago de Chapala en sólo siete meses- lo que produce una alta presión sobre este recurso. Sobre todo, los estados del norte y el Distrito Federal son los que presentan un mayor grado de presión hídrica (Figura 2).

Figura 2: Grado de presión por región hídrica-administrativa (Fuente: SEMARNAT, 2007).


Esta escasez ha repercutido directamente en los precios; por ejemplo en la zona norte, en los últimos 16 años las tarifas comercial e industrial de agua aumentaron un 466%, la residencial 448%. Lo anterior significa que el agua es ya una limitante para el desarrollo social e industrial (Figura 3).

Figura 3: Ejemplo de tarifa de agua, norte del país (Fuente: Elaboración propia con datos de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana, 2012).


Las empresas tendrán que cambiar a usos más racionales, y buscar procesos de ciclos cerrados, los cuales permiten utilizar y reciclar agua de manera continua, con ello la demanda y las descargas pueden disminuir hasta en un 80%.

Así mismo, deberán aplicar tecnologías sustentables como: sistemas de captación pluvial, plantas de tratamiento por ósmosis inversa o lodos activos, sistemas de ozonización, etc. Por ejemplo, en Alemania obligaron a algunas industrias a poner la toma de agua río abajo y la descarga río arriba, con lo que, de no tratar adecuadamente el agua, meterían en su proceso sus propios contaminantes.

En un mediano plazo, la implementación de ciclos cerrados será más rentable que el consumo de agua municipal. Además, la reducción de las descargas de agua contaminada, nos ayudará a poder seguir viviendo en un planeta azul.

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