Fabricantes y compradores de automóviles enfrentan altos riesgos ante la amenaza de aranceles del 25% a las importaciones desde México y Canadá
La industria automotriz de Estados Unidos enfrenta un escenario de incertidumbre tras el anuncio del expresidente Donald Trump sobre la posible imposición de aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá, incluidas las de fabricantes como General Motors y Volkswagen. Aunque la decisión se retrasó por un mes tras conversaciones con los líderes de ambos países, la posibilidad sigue latente y preocupa a fabricantes y consumidores.
Los analistas advierten que tales aranceles podrían generar consecuencias financieras significativas. Según Sam Fiorani, vicepresidente de AutoForecast Solutions, los fabricantes de automóviles estadounidenses y las compañías que operan en México y Canadá enfrentarían un impacto inmediato en sus costos.
La falta de claridad en la política comercial ha dificultado que las empresas tomen medidas para mitigar el impacto. Andy Palmer, director de Palmer Automotive, cuestiona la viabilidad de invertir en líneas de producción en EE.UU. ante un panorama tan volátil.
Impacto en la Industria Automotriz
Los impuestos a la importación podrían costar hasta 110 millones de dólares diarios a la industria y sumar 40,000 millones anuales sin cambios de producción, según Bernstein. Stellantis, GM y Ford serían de los más afectados, ya que gran parte de sus vehículos se fabrican en México y Canadá.
Volkswagen también se vería impactada, ya que tres cuartas partes de su producción norteamericana proviene de México. Además, los vehículos ensamblados en EE.UU. dependen de piezas mexicanas y canadienses, lo que encarecería los costos de producción.
Dan Hearsch, analista de AlixPartners, mencionó que proveedores como la alemana ZF ya están discutiendo con fabricantes cómo absorber estos costos, los cuales podrían terminar afectando a los consumidores.
El Caso de las Camionetas GM
La producción de pickups ilustra la interdependencia económica entre EE.UU., México y Canadá. Chevrolet Silverado y GMC Sierra se ensamblan en cuatro plantas, dos en EE.UU., una en Silao, México, y otra en Oshawa, Canadá. Más de la mitad de las 900,000 pickups vendidas en EE.UU. en 2023 provinieron de estas fábricas.
Las camionetas GM dependen de componentes importados, desde motores ensamblados en Nueva York con piezas extranjeras hasta transmisiones hechas en Canadá y arneses de cableado provenientes de México. Aunque GM podría trasladar parte de su producción a EE.UU., la capacidad es insuficiente para absorber todo el ensamblaje de Canadá y México.
Perspectivas para el Futuro
Los aranceles forman parte de la estrategia de Trump para presionar a México y Canadá en temas como el control migratorio y el fentanilo, además de abordar los déficits comerciales de EE.UU. Sin embargo, la medida podría tener repercusiones negativas para la economía estadounidense y los consumidores.
A pesar de la incertidumbre, GM aseguró en un memo interno que sus plantas seguirán operando con normalidad y cuentan con inventarios suficientes. Sin embargo, el sector sigue atento a los próximos movimientos de la administración estadounidense, ya que cualquier cambio podría redefinir la industria automotriz en Norteamérica.
Fuente: Reuters
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