VW y GM detienen producción en fábricas de Brasil

La producción se volvió insostenible debido al descenso en las ventas del primer trimestre

Las automotrices Volkswagen y General Motors (GM) anunciaron que ante la caída de las ventas detienen a partir de hoy la producción en varias de sus fábricas en Brasil, por lo que concedieron días feriados a miles de trabajadores.

Y es que, de acuerdo con las dos fabricantes, las ventas de autos descendieron 17% en el trimestre de enero a marzo, volviendo insostenible su producción.

La marca alemana anunció la víspera que cancela la producción de autos en su fábrica de San Bernardo del Campo, en el estado de Sao Paulo, y concedió 10 días feriados a los 8,000 trabajadores con que realizaba sus operaciones en la línea de montaje.

Asimismo, otra fábrica de la firma de autos en Taubaté, también ubicada en el estado de Sao Paulo, se encuentra parada y sus 370 trabajadores entraron en régimen de layoff, ante la baja demanda del mercado brasileño, que acumula un año de crisis.

Por su parte, General Motors también informó que desde este martes concede feriados por plazo indeterminado a 467 trabajadores en su fábrica de Sao Caetano. Otros 800 trabajadores de la montadora están en layoff desde hace una semana y podrían volver al trabajo el 9 de junio.

El sector automotriz es uno de los más impactados por la desaceleración de la economía brasileña, que este año puede contraerse 1% y las ventas anuales de autos caerían este año 13 por ciento.

Estos datos fueron proporcionados por la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores de Brasil (Anfavea).

La producción del gigante sudamericano cayó en marzo 4.6% interanual, para situarse en 253,000 unidades y acumula un retroceso de 14.3% en los tres primeros meses del 2015, según la Anfavea.

Esta situación provocó que el número de despidos vinculados a la caída de la demanda ascienda ya a más de 17,800 trabajadores desde noviembre del 2013, mientras en algunas fábricas como en la china Chery ya se dan casos de huelgas por el empeoramiento de las condiciones laborales.

Esta crisis contrasta con el sector automotriz en México, donde las montadoras -impulsadas por la demanda en Estados Unidos y Canadá- registran datos históricos de producción, pero también de ventas nacionales.