La Unión Europea aprueba la mayor ayuda estatal bajo la ley de chips para TSMC

La Comisión Europea anunció este martes la aprobación de una ayuda estatal de 5,000 millones de euros (alrededor de 5,500 millones de dólares) por parte de Alemania para respaldar la construcción de una nueva fábrica de microchips en Dresde, operada por European Semiconductor Manufacturing Company (ESMC).

La Comisión Europea anunció este martes la aprobación de una ayuda estatal alemana de 5,000 millones de euros (alrededor de 5,500 millones de dólares) para apoyar la construcción de una nueva fábrica de microchips en Dresde, operada por European Semiconductor Manufacturing Company (ESMC).

Este subsidio, otorgado al proyecto liderado por la taiwanesa TSMC, representa la mayor subvención estatal concedida hasta ahora bajo la ley de chips de la UE y es la primera en Alemania.

"Es una situación en la que todos ganamos", comentó Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, en la ceremonia de inauguración de la planta.

El ministro de Economía alemán, Robert Habeck, aplaudió la decisión y aseguró que el Gobierno mantendrá el ritmo acelerado del proyecto, que prevé iniciar la producción en 2027, mientras se concreta la financiación.

ESMC es una empresa conjunta liderada por TSMC, el mayor fabricante mundial de chips por contrato, en la que las compañías europeas Robert Bosch, Infineon y NXP también participan con un 10% de participación cada una.

La construcción de la planta en Dresde tendrá un costo total de 10,000 millones de euros.

Según la Comisión, la instalación operará como una fundición abierta, lo que permitirá a cualquier cliente, incluidos los tres socios de TSMC, realizar pedidos de producción de chips específicos.

Aunque la planta producirá chips que no son de la última generación utilizada en inteligencia artificial y teléfonos inteligentes, se centrará en la fabricación de semiconductores cruciales para la industria automotriz y otras aplicaciones industriales clave en Europa.

Además, la nueva planta fortalecerá la capacidad de Europa para enfrentar futuras crisis de escasez de chips, como la ocurrida durante la pandemia de Covid-19.