Querétaro fortalece su estrategia industrial con nuevo Comité Promotor de Inversión

La Secretaría de Economía instala comité estatal para facilitar el diálogo entre gobierno y sector privado, y dar seguimiento a proyectos de inversión nacional y extranjera.

Con el objetivo de consolidar a Querétaro como un polo clave para la inversión industrial, la Secretaría de Economía (SE) instaló el Comité Promotor de Inversión en la entidad. Esta iniciativa forma parte de una estrategia nacional del Plan México, que contempla la creación de 32 comités estatales y uno federal, con la finalidad de fortalecer la relación entre el sector productivo y el gobierno.

El comité actuará como un espacio de interlocución directa, confiable y permanente entre autoridades federales y el empresariado, tanto nacional como internacional. Su propósito es facilitar la llegada de nuevas inversiones, así como asegurar la continuidad de los proyectos en desarrollo.

Durante el acto de instalación, Carlos Alfonso Candelaria, titular de la Unidad de Prospectiva, Planeación y Evaluación de la SE, reconoció a Querétaro como un aliado estratégico en la atracción de empresas, subrayando su importancia dentro de los Corredores del Bienestar que impulsa la dependencia federal.

Por su parte, Eugenio Govea Arcos, director general de Apoyo Técnico, destacó que el nuevo comité permitirá identificar de manera más precisa las necesidades del sector empresarial y ofrecer respuestas ágiles que incentiven el crecimiento económico.

Como parte operativa, César Gutiérrez Sánchez, coordinador del Corredor Económico del Bienestar en Querétaro, fue designado como secretario técnico del comité local. Su función será coordinar acciones que aceleren procesos administrativos, fortalezcan la retención de inversiones ya establecidas y atraigan nuevos capitales a la región.

Con esta medida, Querétaro se posiciona como una de las entidades más proactivas en la promoción de su desarrollo industrial, apoyada en una visión colaborativa entre gobierno e iniciativa privada.

Fuente: Cosmos | El Economista