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Revisión del T-MEC: desafío estratégico para el comercio industrial de América del Norte

1 Ago, 2025  |  Actividad industrial  |  0 comentarios

La digitalización aduanera, la trazabilidad y la previsión operativa serán claves para que México y sus sectores industriales mantengan competitividad ante el inminente proceso de revisión del tratado trilateral.

Industria mexicana ante una redefinición clave del T-MEC

La revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), programada para concluir en julio de 2026, ha encendido las alertas en múltiples sectores industriales, que ya se preparan para un entorno comercial más exigente. Este ejercicio, más allá de lo técnico, representa una transformación profunda en las dinámicas del comercio transfronterizo, especialmente para México, cuya economía depende en gran medida de sus exportaciones hacia el mercado estadounidense.

Con más del 80% de sus ventas internacionales dirigidas a Estados Unidos, la industria mexicana se encuentra en un momento estratégico: anticiparse a los posibles cambios, mitigar riesgos operativos y modernizar sus procesos de cumplimiento.

Inversión detenida e industrias en alerta

A pesar de que aún no se ha confirmado una renegociación del acuerdo, la sola expectativa de ajustes ha generado efectos inmediatos. Según datos de la Cámara Americana de Comercio en México, inversiones por más de 15 mil millones de dólares se encuentran en pausa ante la falta de certidumbre sobre el futuro del T-MEC.

Ramas industriales clave —como la automotriz, la electrónica y el sector agroalimentario— se mantienen cautelosas, anticipando posibles modificaciones en reglas de origen o la reinstalación de medidas arancelarias que podrían alterar costos, tiempos de entrega y cadenas de suministro.

Impacto operativo: trazabilidad, costos y logística

Uno de los principales focos de tensión se encuentra en el sector automotriz. De acuerdo con el U.S. Trade Representative (USTR), persisten discrepancias sobre el cálculo del contenido regional necesario para acceder a beneficios arancelarios, lo que ha derivado en fricciones comerciales y operativas.

El U.S. Census Bureau destaca que el comercio bilateral de vehículos, autopartes, electrónicos, plásticos y productos farmacéuticos supera los 60 mil millones de dólares anuales, lo que dimensiona el impacto que cualquier ajuste puede tener en la logística transfronteriza.

En un entorno industrial interconectado, los retrasos aduanales y los costos inesperados pueden afectar gravemente la competitividad de las empresas, desde el transporte y almacenamiento hasta la entrega final de mercancías.

Oportunidad para rediseñar el comercio inteligente

Lejos de ser únicamente un riesgo, la revisión del T-MEC es también una oportunidad para que México fortalezca su papel dentro del bloque comercial. Tres frentes se presentan como prioritarios:

Digitalización aduanera: agilizar procesos y reducir tiempos de revisión mediante sistemas interoperables.

Trazabilidad avanzada: asegurar el cumplimiento normativo mediante tecnologías que registren el origen, transformación y destino de los bienes.

Eficiencia operativa: auditar y reestructurar la cadena logística para reducir fricciones ante cualquier cambio regulatorio.

Con una visión estratégica y herramientas digitales adecuadas, la industria mexicana puede transitar de la incertidumbre a la preparación, y aprovechar esta coyuntura para posicionarse como un actor clave en el nuevo capítulo del comercio en América del Norte.


Fuente: Cosmos | The Logistics World


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