Hasta ahora el Brexit ha traído consigo volatilidad monetaria y recortes al gasto público
En el contexto internacional, hay cada vez más opiniones de expertos en finanzas que califican al Brexit como como una expresión contundente de una crisis global que se desató a partir de 2008. El Financial Times publica en un artículo del 24 de junio, titulado “Britain’s exit from the EU threatens to undermine the globalised economy it fought to create”, que el Brexit fue una decisión británica, pero es un shock global, debido a la división de la Unión Europea por la crisis del euro y la crisis migratoria, no duda en afirmar que “la desintegración a escala total de la Unión Europea es ahora una posibilidad real”.
Aunque los bancos centrales en apariencia decían disponer de herramientas para contener el pánico, la realidad es que las corridas en el mercado de divisas no se pudieron evitar y se registraron caídas de entre el 5 y 10% en las bolsas europeas y una depreciación de la libra en 8%. Frente a los efectos inmediatos en el mercado de valores global, un artículo de El Financiero expuso que la “volatilidad que vivimos desde el viernes podría contagiar los fundamentos globales que generan crecimiento”.
En el mundo de los mercados financieros globales que se manejan más por tendencias y apuestas que por la economía productiva, el impacto en México y otras regiones fuera de la zona del euro, debido al “contagio” de pánico en los mercados puede generar más depreciaciones que causen volatilidad del peso mexicano frente al dólar y otras divisas.
Aunque se toma como una decisión de responsabilidad establecer un “ajuste” al gasto, el problema de los recortes, como el anunciado el 24 de junio pasado, es que pueden traer como consecuencia una menor actividad económica debido a un menor gasto del gobierno –uno de los principales clientes de la industria– y menor inversión en proyectos que apoyan para cubrir las necesidades y rezagos en la productividad mexicana, tales como la inversión en desarrollo e innovación tecnológica, una de las primeras víctimas de los ajustes.
En suma, México ha vivido el Brexit con volatilidad monetaria (ya que el peso es la divisa más líquida de los mercados emergentes), recortes, una caída en el pronóstico del PIB (de 3.7% a 2.4%), que repercutirá en las inversiones y en la cadena de suministro de la economía real. En cuanto a relaciones bilaterales México-Reino Unido en Inversión Extranjera Directa, esta nación se ubica en el octavo lugar y es el cuarto destino en exportaciones de México a la UE.
El escenario a nivel internacional va más allá de la salida del Reino Unido del modelo de la Unión Europea, complica el curso de la economía global, por lo que, como elementos activos de la red productiva de este país, habrá que mantenerse atentos a todas las posibles consecuencias.
Fuente: Redacción
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