El grupo británico buscaba reducir su deuda y reforzar su capital
El grupo británico de construcción y servicios Carillion se declaró en quiebra el lunes tras el fracaso de las negociaciones con los bancos y el gobierno para mantener a flote esta empresa muy fuertemente endeudada.
Carrillon explicó en un comunicado no tener otra opción que "declararse en liquidación con efecto inmediato", dejando potencialmente en la calle a sus 43,000 empleados en el mundo, de los cuales 19,500 en el Reino Unido.
Y precisó que el gobierno británico debería aportar los fondos necesarios para mantener los servicios públicos a cargo del grupo, que representan buena parte de su actividad, mediante la prestación de servicios a las escuelas y al ejército.
"En los últimos días no fuimos capaces de encontrar los fondos para mantener nuestra actividad y con gran dolor hemos tenido que tomar esta decisión", afirmó Philip Green, presidente del consejo de administración del grupo, citado en el comunicado.
Carillion había mantenido durante el fin de semana conversaciones con representantes del gobierno y con sus acreedores, con la esperanza de reducir su deuda y reforzar su capital.
El grupo, que había emitido tres advertencias sobre resultados desde julio de 2017 y cuyo director general dimitió el verano pasado, arrastra deudas por 1,500 millones de libras (unos 2,060 millones de dólares), incluidas las vinculadas a su fondo de jubilación.
Su situación financiera se degradó fuertemente en los últimos meses debido al aplazamiento de algunas obras y las dificultades en la ejecución de contratos. El precio de su acción se dividió por más de diez desde el verano boreal.
Fuente: AFP
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