El fondo advierte de una ralentización de la actividad en el mercado inmobiliario y de una nueva caída de los precios inmobiliarios. Se necesitarán casi 2 billones de dólares al año para mitigar los efectos del cambio climático de aquí a 2030.
En su informe de estabilidad financiera presentado en las reuniones anuales del FMI y el Banco Mundial, el fondo reconoce que las tensiones en el sistema bancario se han aliviado en los últimos meses, pero advierte de que los hogares y las empresas tienen cada vez más dificultades para cumplir con los requisitos de pago de sus deudas, que están aumentando debido a los altos tipos de interés, lo que indica una crisis inmobiliaria.
Aunque el año pasado los hogares utilizaron los ahorros acumulados durante la pandemia para afrontar el pago de sus hipotecas, todo indica que los plazos seguirán siendo aumento, lo que provocará una desaceleración de la actividad inmobiliaria y una mayor caída de los precios inmobiliarios.
Los bancos se enfrentarán a las crecientes dificultades de sus acreedores para reembolsar los préstamos, aunque ya lo han estado haciendo con provisiones prudentes, recuerda el Fondo. que “la historia ha demostrado que el riesgo crediticio puede deteriorarse rápidamente”, afectando la rentabilidad de las empresas.
Con respecto a las instituciones financieras no bancarias, el FMI estima que algunas se ven afectadas por el entorno de altas tasas de interés, mientras que la resiliencia de las otros serían puestos a prueba.
Dado el número significativo de bancos débiles en el sistema financiero global y el riesgo de contagio a otras instituciones más fuertes, los defensores están a favor de la introducción de estándares comunes como capital mínimo y liquidez mínima, así como reforzar la supervisión para poder intervenir en una fase temprana.
En su informe, el FMI subraya que los bancos tendrán que atenerse a una política monetaria restrictiva durante más tiempo, ya que la inflación subyacente sigue siendo alta en muchos países.
Por otro lado, el FMI estima que las inversiones para mitigar las consecuencias del cambio climático en los países desarrollados y emergentes alcanzarán alrededor de 2 billones de dólares por año en 2030, lo que requerirá una serie de instituciones estructurales y financieras para crear un entorno atractivo para crear un entorno para el sector privado.
Para maximizar el impacto climático de las inversiones, aboga por la introducción de taxonomías para ayudar a los inversores a identificar actividades que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero con el tiempo.
Fuente: EFE
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