Investigadora del Instituto Politécnico Nacional, procesa el jugo de este fruto para obtener un polvo que podría usarse como aditivo en alimentos
Para diversificar el consumo del xoconostle y reducir el desperdicio alimenticio, Liliana Alamilla Beltrán, investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), procesa el jugo de este fruto para obtener un polvo que podría usarse como aditivo en alimentos o en la producción de bebidas funcionales.
La especialista de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas indicó que el consumo de esta tuna agria es escaso y sólo es utilizada en la elaboración de mermeladas, salsas y platillos específicos de la cocina mexicana.
Por lo que para aprovechar su alto contenido de antioxidantes --fenoles y ácido ascórbico—y betalainas (pigmentos rojos), Alamilla Beltrán decidió procesarla para obtener un polvo y ponerla al alcance de la población.
En un comunicado, la investigadora del Departamento de Ingeniería Bioquímica detalló que en el proceso utiliza diferentes aspersores y realiza pruebas a distintas temperaturas, con la idea de evaluar los tiempos de secado y tener un producto que conserve intactas sus propiedades.
Lo anterior también pudo conseguirse mediante una conexión a base de mangueras y de una bomba para agregar el jugo de xoconostle al aspersor, el cual está provisto por una boquilla y discos especiales.
Después el líquido bombeado se atomiza y se forma una nube de gotas muy finas que entran en contacto con aire caliente y en fracciones de segundo puede transformarse en polvo.
Alamilla Beltrán acentuó que una de las ventajas del xoconostle es que puede permanecer en el nopal en buenas condiciones hasta un año.
“En algunos lugares prácticamente se considera un producto de desecho, pues generalmente no aprovechan el fruto”, expresó.
La investigadora señaló que la aportación social del proyecto es llevar la tecnología a los agricultores de las regiones productoras de xoconostle, a fin de incentivar su economía.
El trabajo cuenta con la colaboración de Antonio Jiménez Aparicio, científico del Centro de Productos Bióticos; Jiménez Guzmán, estudiante de esa casa de estudios, y agricultores de San Juan Teotihuacán, en el Estado de México, quienes les facilitan el fruto para procesarlo.
Los resultados del proyecto de investigación han sido expuestos en diferentes congresos y está en proceso el capítulo de un libro que detalla la técnica de secado del xoconostle.
Fuente: Notimex
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