El comercio y los aranceles, junto con el impacto de la política monetaria en las tasas de interés globales, son probablemente los principales elementos que podrían influir en la región después de las elecciones del 5 de noviembre.
América Latina cuenta los días hasta el 5 de noviembre, cuando los estadounidenses elegirán entre una posible continuidad bajo la vicepresidenta Kamala Harris o un regreso a las políticas de Donald Trump, que generaron volatilidad en los mercados y economías de la región.
Los principales factores que podrían influir en América Latina son el comercio, los aranceles y el efecto de la política monetaria en las tasas de interés globales. La guerra económica de EE. UU. con China podría afectar especialmente a México, mientras que Brasil podría beneficiarse en un escenario de represalias.
Una victoria de Trump podría causar tensiones en la región, afectando a algunas monedas y bancos centrales, aunque los países más relacionados con las materias primas podrían no verse tan afectados. Mientras que el gobierno de Joe Biden no eliminó los aranceles impuestos por Trump a China, el plan de Harris sugiere mantenerlos, mientras que con Trump podrían aumentar hasta el 60%.
Además, se anticipa que el acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) será objeto de revisión, lo que podría afectar la clasificación de productos fabricados en México. Trump ha sugerido que podría imponer un arancel de hasta el 200% a vehículos importados de México, y su presidencia podría intensificar la guerra comercial con China, impactando particularmente a México.
La inversión de Lazard sugiere que un arancel universal del 10% propuesto por Trump podría ser utilizado como una herramienta para evitar que otros países eludan aranceles. También podría influir en la política migratoria, considerando que las remesas son vitales para varias economías de la región.
Por otro lado, algunos países sudamericanos, como Chile, podrían estar en una mejor posición para enfrentar un régimen comercial más estricto debido a su alta exposición al mercado estadounidense y la naturaleza única de sus exportaciones. En contraste, si Harris gana, se espera una reducción del riesgo arancelario y un crecimiento menor en EE. UU., lo que podría beneficiar a los activos de mercados emergentes.
La economía mexicana, dependiente de las exportaciones industriales, sentiría la presión bajo un segundo mandato de Trump, mientras que otros países exportadores de materias primas podrían beneficiarse. Sudamérica podría ser menos vulnerable a un impuesto del 10% sobre las remesas, especialmente en países como Honduras y El Salvador, donde estas representan más del 20% del PIB.
Si Trump es elegido, el déficit presupuestario en EE. UU. probablemente aumentaría, generando inflación y mayores tasas de interés, lo que afectaría los activos latinoamericanos. La política monetaria más restrictiva en EE. UU. históricamente ha llevado a una moderación en los precios de los activos en mercados emergentes, incluyendo América Latina.
Por último, el presidente argentino Javier Milei podría beneficiarse de un enfoque más personal y menos institucional de Trump hacia Argentina, dado su estilo de gobierno similar y su afinidad ideológica, lo que podría favorecer su búsqueda de apoyo estadounidense para su programa de préstamos con el Fondo Monetario Internacional.
Fuente: Reuters
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