La mayor refinería de China, Sinopec Corp, se ha visto obligada a cerrar las operaciones de tres de sus plantas petroquímicas en el sur del país, luego de que la televisión estatal denunciara violaciones a las reglas ambientales.
La suspensión de actividades se llevó a cabo a partir del pasado 26 de septiembre, con el cierre de dos refinerías y una pequeña planta petroquímica.
Las refinerías (Zhanjiang Dongxing y Xinzhongmei Chemical Industrial) ubicadas en la ciudad de Zhanjiang, donde Sinopec vertió residuos tóxicos en el sistema de alcantarillado local sin tratarlos previamente, algo prohibido de ley.
La tercera planta (Sinopec Guangzhou Petrochemical) se encuentra en Cantón, capital de la provincia del mismo nombre, donde almacenó ilegalmente desechos líquidos en tanques destinados sólo a emergencias.
Sinopec no mencionó en qué momento se cerrarían las dos refinerías, o por cuánto tiempo, sin embargo, representantes de la empresa estimaron que el cierre de ambas plantas durante tres semanas recortaría el suministro de diésel en 400,000 toneladas.
La cifra representa una brecha importante a compensar para la provincia de Guangdong, la principal región consumidora de petróleo del país, que utiliza alrededor de 650,000 toneladas de diésel por mes.
Un representante de la organización medioambiental Greenpeace, citado por “South China Morning Post”, declaró que el vertido ilegal de tóxicos en las alcantarillas convencionales era una práctica habitual en muchas industrias nacionales y de un nivel de irresponsabilidad elevado en las petroquímicas, dada la alta toxicidad de sus residuos.
En los últimos años, algunos proyectos petroquímicos en China han motivado fuertes protestas ciudadanas, e incluso manifestaciones masivas que han orillado a detenerlos.
Fuente: Redacción
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