El nearshoring ha convertido a Estados Unidos en un lugar donde las empresas quieren invertir en varios países y así acercarse a sus mercados.
Las inversiones y los negocios se acercan más que nunca a América, sobre todo a México y Brasil, gracias al fenómeno del offshoring en cadena o de proximidad, en el que las empresas manufactureras se trasladan para estar más cerca de sus mercados, especialmente de Asia.
Los estragos de la pandemia del Covid-19, la disrupción de las cadenas de valor, la inflación y la guerra comercial entre Estados Unidos y China están empujando a las empresas estadounidenses a acercarse, sobre todo, al mercado estadounidense.
Pero en la región hay un panorama desigual, en el que no todos los países están preparados para atraer la inversión por las crisis internas y la falta de mano de obra.
México, donde el peso tuvo la semana pasada su mejor tipo de cambio en siete años por este fenómeno, es el país más beneficiado por la relocalización de cadenas, como muestra la inversión de más de 5,000 millones de dólares de Tesla para instalar su planta de autos eléctricos más grande del mundo.
La maquila mexicana prevé una inversión de hasta 18,000 millones de dólares este año gracias al nearshoring, reveló en entrevista con EFE Luis Manuel Hernández, presidente del Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index).
Esto significaría un incremento en la inyección de capital al país del 63%, frente a los 11,000 millones de dólares de 2022.
“Es traer activos a México, tener la capacidad más alta, mayor capacidad de producción para que las órdenes caigan a México en vez de en Asia”, abundó el representante de las 1,000 empresas más importantes de manufactura de exportación en más de 20 puntos estratégicos de México.
Desde la llegada de Joe Biden al Gobierno de Estados Unidos en enero de 2021, reducir la alta dependencia de China ha sido uno de sus principales objetivos económicos, como muestra la ley CHIPS, aprobada para fomentar la construcción y ampliación de fábricas nacionales de semiconductores.
También ha lanzado medidas proteccionistas como la ley “Construye en América, compra en América”, que exige que todo el hierro, el acero, los productos manufacturados y los materiales de construcción de los proyectos de infraestructura se produzcan en Estados Unidos.
Pese a todo, la relocalización de empresas en el país no es todavía una tendencia mayoritaria, pero sí con México, como muestra la planta Tesla en la norteña ciudad de Monterrey.
De acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las exportaciones totales de México como resultado de la reubicación industrial llegarían a $35,280 millones, y 30,000 de eso corresponderían a bienes manufacturados enviados a Estados Unidos.
Fuente: EFE
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