Ambas buscan liderar el sector automotriz
Río de Janeiro.- Las multimillonarias inversiones extranjeras, el aumento de la competitividad y las decenas de acuerdos de libre comercio de México han provocado que su industria automotriz compita con Brasil por liderar el sector en América Latina.
Aunque Brasil ha logrado los últimos años cifras récord de ventas y producción de vehículos, llegando a duplicar entre 2005 y 2010 las ventas de turismos y camiones, la fabricación ha mermado por la apreciación del real y el aumento de los costos, entre otras causas, lo que ha beneficiado a México.
En este escenario de estancamiento de la productividad en la industria automotriz brasileña ha emergido México, que pasó de producir 1.6 millones de autos en 2005 a tres millones en 2013, apenas 700 mil unidades menos que su competidor regional.
Una tendencia que se reforzará en 2014, ya que las previsiones para este año indican que “la producción de vehículos ligeros estará cercana a los 3.3 millones de unidades”, indicó a Notimex la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
La razón de este auge de la producción mexicana se debe, según AMIA, “a la localización geográfica privilegiada, la importante red de acuerdos comerciales, una robusta cadena de suministros, recursos humanos jóvenes y calificados (técnicos e ingenieros) y la estabilidad económica”.
Este marco ha atraído a las principales marcas internacionales de autos, que planean inversiones multimillonarias cuyos estimados indican que ascenderán a 10 mil millones de dólares para 2020.
México “se ha consolidado como uno de los mejores en la fabricación de vehículos, obteniendo el octavo lugar como productor y el cuarto como exportador de vehículos”, apuntó la asociación.
Los datos de la Organización Internacional de Constructores de Automóviles (OICA, por sus siglas en francés) reflejan esta tendencia exportadora, ya que el país norteamericano vende al exterior casi el doble del número de autos que consume a nivel doméstico.
De esta forma, si la producción mexicana de vehículos se situó en los tres millones de unidades, el mercado nacional apenas consumió 1.1 millones, según datos de OICA.
Una dinámica que, según el centro de estudios estadunidense Brookings Institution, ha provocado que al menos 100 mil empleos fueran creados entre 2010 y 2012 en México, lo que significa que el país absorbe ya en torno al 40 por ciento de todos los puestos de trabajo generados por la industria automotriz en Norteamérica.
Estados Unidos, Brasil y Canadá son los principales destinos del remanente entre producción y ventas nacionales, lo que no ha pasado desapercibida en Brasilia, que en 2012 tomó medidas para limitar a través de cuotas las importaciones de autos manufacturados en México a fin de proteger a la industria local.
En consecuencia, los autos “made in México” están hasta 2016 sujetos en Brasil a cuotas de importación, lo que implica que si se superan las cuotas (mil 640 millones de dólares para el período de marzo de 2014 a 2015) los autos producidos en México pagarán 35 por ciento de aranceles.
A partir de marzo de 2015, los acuerdos en vigor prevén el fin de las cuotas y el retorno al libre comercio en este sector entre los dos países.
Las cuotas, en vigor desde 2012, tienen como objetivo, por un lado, frenar la importación de vehículos importados de México, generalmente de media y alta gama, y cuya producción en Brasil se encarece en parte por los impuestos progresivos vinculados a la cilindrada.
Por otro lado, el gobierno quiere promover la producción local de vehículos de mayores prestaciones tecnológicas, y para ello aprobó en 2012 el plan “Inovar-Auto”, que incentiva la fabricación al ofrecer descuentos de hasta 30 por ciento en impuestos respecto a los carros importados.
Este plan ha suscitado críticas internacionales y provocó que, en diciembre de 2013, la Unión Europea abriera una causa contra Brasil en el seno de la Organización Mundial del Comercio (OMC) por proteccionismo.
Sin embargo, la medida es apoyada por el sector automotriz brasileño y por las montadoras extranjeras con fábricas en el país, en especial porque frena el impacto de la caída de la competitividad con respecto a competidores extranjeros como México o China.
Con cifras de ventas récord en 2013 (3.7 millones de vehículos), la industria automotriz en Brasil se ha visto impactada por la desaceleración del crecimiento económico, cuyas previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para 2014 son de 1.8 por ciento del PIB.
También enfrenta el aumento de los costos de producción, las dificultades logísticas, y las recientes trabas a las exportaciones de autos a Argentina por la crisis de su moneda.
Las ventas de vehículos han caído siete por ciento en la primera quincena de abril en Brasil, confirmando la desaceleración iniciada en meses anteriores, y el exceso de producción no es absorbido por Argentina que redujo desde diciembre 27.5 por ciento la compra de autos de su vecino para frenar la caída de reservas de sus divisas.
Esta situación ha impactado notablemente a los productores, que venden a Argentina nueve de cada 10 autos que exportan al exterior, según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (ANFAVEA, en sus siglas originales en portugués).
Fuente: Notimex
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