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Cómo afectará el cambio climático a la pesca en México y el mundo

4 Dic, 2018  |  Ciencia y tecnología  |  0 comentarios

Cambios de temperaturas en el mar son el principal factor

La “guerra de la caballa” (mackerel war) es el nombre con que se conoció una serie de conflictos económicos y políticos que surgieron en 2007 a raíz del desplazamiento de la población de macarela (Scomber scombrus) del Atlántico Nororiental, gestionado por la Unión Europea, Noruega y las Islas Feroe, a la zona económica exclusiva (ZEE) de Islandia.

En Estados Unidos, las poblaciones de blanquillo (Caulolatilus microps) fueron capturadas y manejadas históricamente al sur de la frontera entre Virginia y Carolina del Norte, hasta que las poblaciones se trasladaron hacia el norte y una pesquería nueva las explotó sin regulación durante casi una década.

Entre 1980 y 1990, las temperaturas oceánicas en la región del Pacífico Norteamericano se elevaron más que el promedio histórico, causando el incremento de las capturas de salmón proveniente de Estados Unidos. Ante ello, las embarcaciones canadienses reaccionaron capturando salmón que migraba para desovar en los Estados Unidos, causando años de desacuerdo y tensiones entre las dos naciones.

Como consecuencia del impacto generado por el cambio climático, en las próximas décadas se estima que muchas especies marinas se desplazarán a través de las fronteras marinas nacionales. De acuerdo con el estudio Preparing ocean governance for species on the move, publicado en la revista Science, se esperan potenciales conflictos entre naciones vecinas sobre los nuevos recursos compartidos, dado que el manejo pesquero de varias pesquerías no está preparado para dichos desplazamientos.

Consecuencias humanas: manejo pesquero internacional

De acuerdo con Palacios Abrantes, en términos de manejo pesquero, las pesquerías se pueden dividir en dos estilos: las que suceden dentro de la zona económica exclusiva de un país y las que son compartidas por dos o más países. Antes de la década de 1980, los países tenían derechos de propiedad dentro de 12 millas náuticas de la costa, a partir de lo cual todo lo demás era territorio común, es decir, en donde cualquier país podía pescar libremente.

En 1982, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS, por sus siglas en inglés), a partir de la cual se permitió que los estados que tienen salida al mar declaren hasta 200 millas náuticas —alrededor de 345 millas terrestres— como su zona económica exclusiva, “lo que quiere decir que los países tienen la exclusividad y responsabilidad de manejar los recursos pesqueros dentro de esa zona”, apuntó el candidato a doctor por la Universidad de Columbia Británica.

A partir del nuevo acuerdo, se generó lo que los investigadores llaman “stocks transfronterizos”, que son un tipo de recursos pesqueros que pasan distintos estadios de su vida en diferentes países, por ejemplo, el salmón que proviene de Canadá y pasa un tiempo en Estados Unidos, y la sardina que México comparte con el estado de California, en Estados Unidos.

Además de transitar entre dos países, algunos stocks transfronterizos también se dirigen hacia altamar, la zona de mar común todavía existente más allá de las 200 millas de las zonas económicas exclusivas.

“En inglés, estos stocks se llaman straddling stocks, se diferencian de los transfronterizos en el sentido de que estos recursos no solo se encuentran en la ZEE de cada país sino que además van a los high seas. Hoy en día, hay profesores —entre ellos un asesor mío de la tesis, Rashid Sumaija— que están abogando por el cierre completo del mar común a la pesca, es un tema de mayor discusión en las negociaciones de las Naciones Unidas”.

Otra clasificación corresponde a las grandes especies migratorias, como el atún, que va desde Europa hasta el golfo de México, o de Japón a Canadá, Estados Unidos, México, y vuelve a cruzar el Pacífico.

Estas definiciones se hacen porque el manejo pesquero es distinto cuando se maneja una pesquería dentro de un país, a cuando la pesquería es compartida con uno o más países.

“Si tú y yo somos dos países que comparten un stock y no nos ponemos de acuerdo en su manejo, lo esperado es que los dos intentemos pescar la mayor cantidad posible, ya que la impresión es que lo que uno no pesque, el otro lo hará. Este tipo de dinámica se conoce en economía como la tragedia de los comunes y eventualmente lleva el stock al colapso”.

Es aquí donde entra la gobernanza de las pesquerías que son compartidas, ya que las decisiones de un país en materia de pesquerías (por ejemplo, cuánto pesca) afectará, directamente, las decisiones del otro, ya que comparten dicha pesquería, apuntó Palacios Abrantes.

Zoom a las pesquerías para México, Estados Unidos y Canadá

Dado que el estudio realizado tiene una escala global, los resultados presentados tienen un nivel de generalidad amplio. Como continuación del estudio realizado, Juliano Palacios Abrantes realiza actualmente como parte de su tesis de doctorado una investigación a detalle sobre lo que ocurrirá en México, Estados Unidos y Canadá para conocer cuántas y qué especies llegarán a cada una de estas regiones, así como cuándo y en qué proporción podría ocurrir.

“Supongamos que de aquí a 20 años el modelo señala que vamos a tener una nueva especie, pero en realidad solo van a ser alrededor de 100 kilos. Probablemente esa pesquería no va a tener ninguna relevancia. Pero si el modelo señala que va a haber una nueva especie y que su abundancia será de miles de toneladas de captura del año (un caso extremo), entonces eso ya implica una cuestión a nivel de manejo pesquero, así como de relaciones internacionales, ya que probablemente algún país vecino está perdiendo parte de esas toneladas”.

El artículo Preparing ocean governance for species on the move: Policy must anticipate conflict over geographic shifts fue escrito por Malin L. Pinsky, Gabriel Reygondeau, Richard Caddell, Juliano Palacios Abrantes, Jessica Spijkers, William W. Cheung y se puede encontrar en este enlace.

La metodología aplica el mismo modelo desarrollado por el doctor William Cheung, profesor asociado del Instituto para los Océanos y Pesquerías de la Universidad de Columbia Británica, pero aplicando datos específicos para Canadá, México y Estados Unidos.

“En este primer estudio lo único que vimos es el número de especies. Ahí voy a poder ver en qué proporción, qué tipo de especie, si es en el Pacífico o en el Atlántico y, más importante aún, eso va a dar las herramientas para después determinar si las comunidades mexicanas que pescan esas especies son o no vulnerables al cambio en la distribución de especies debido al cambio climático”.

Hasta el momento, Juliano Palacios Abrantes indica que las nuevas distribuciones pueden impactar en los tratados internacionales a nivel de gobernanza, pues desde hace mucho tiempo ha surgido lo que se conoce coloquialmente como “guerras de los pescados”, que refieren a conflictos sobre pesquerías alrededor del mundo, comúnmente relacionados con cambios en la distribución de las especies y la falta de acuerdos internacionales sobre pesca, o la falta de preparación de dichos acuerdos para lidiar con estos cambios.

“Este cambio de distribución tiene el potencial de generar verdaderos conflictos internacionales entre países vecinos. Y no solo países vecinos sin previa colaboración, sino países vecinos que históricamente han colaborado y que entran en conflicto, lo que perjudica las relaciones internacionales. También tiene el potencial de bajar el rendimiento pesquero y llevar a la pesca a que no sea sustentable”, finalizó.


Fuente: Conacyt


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