La moneda mexicana acumula cuatro jornadas de pérdidas y perfila su mayor caída anual en más de una década, afectada por la baja liquidez del mercado durante el periodo vacacional.
El peso mexicano cerró su cuarta sesión consecutiva a la baja, marcando un retroceso del 0.55% frente al precio de referencia del lunes. Este comportamiento refleja una jornada de escasa liquidez en los mercados debido al periodo vacacional de fin de año. La moneda se cotizó en 20.7510 unidades por dólar, lo que la perfila como su peor desempeño anual desde la crisis financiera de 2008.
El entorno internacional, marcado por la incertidumbre económica y movimientos en los mercados cambiarios, ha ejercido presión sobre el peso mexicano. La debilidad en la demanda de activos emergentes, sumada a factores internos como la cautela de los inversores, ha afectado el desempeño de la divisa en las últimas semanas del año.
Analistas destacan que esta tendencia negativa se enmarca en un contexto de menor actividad comercial durante las fiestas decembrinas, lo que amplifica los movimientos del tipo de cambio. “La baja liquidez típica de estas fechas incrementa la volatilidad, acentuando las pérdidas del peso frente al dólar”, señaló un economista de una firma local.
A pesar de los desafíos, el Banco de México ha mantenido sus políticas monetarias para estabilizar los mercados. Sin embargo, los analistas anticipan que 2025 podría ser un año de retos económicos para la moneda mexicana, dependiendo de las políticas fiscales y la evolución de la economía global.
El último día de operaciones del año será clave para determinar el cierre definitivo del tipo de cambio. Mientras tanto, expertos recomiendan precaución a los inversores ante posibles fluctuaciones abruptas en un mercado de bajo volumen.
Fuente: Reuters
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